Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

11 Jun, 2015

¿Los destinatarios del mensaje que envió Nuevo León, lo escucharán?

Si bien cada elección tiene sus especificidades, hay una que destacó por los mensajes enviados, y por los destinatarios de los mismos; ésa elección, no es otra que la celebrada en Nuevo León para elegir nuevo gobernador.

El triunfo de Jaime Rodríguez y la ventaja obtenida, sorprendieron a más de uno pero, hay que ir más allá de la superficie para entender lo que ahí se dio el domingo y también, lo que veremos en los próximos meses como consecuencia de la victoria de un candidato que, más que independiente, fue uno sin partido.

Lo primero que debe decirse de Nuevo León, es que difiere radicalmente del resto del país debido a la cultura empresarial que ahí priva, arraigada desde hace decenios.

Las prácticas de quienes encabezan los grandes grupos empresariales en lo que se refiere a la preparación de los sucesores, copiadas por casi todos en el mundo empresarial neolonés, se caracterizan por privilegiar una educación de primera. De entrada, es obligado el estudio en una prestigiada universidad extranjera; luego, la incorporación a alguna de las empresas del grupo en una baja posición y de ahí, como producto de su desempeño, a escalar posiciones hasta ganarse el derecho de ir al extranjero a obtener un postgrado en administración.

Esto, además de haber creado y consolidado un acervo de talento empresarial sin par en el país, ha contribuido a promover y fortalecer la cultura empresarial en el estado. Además, ha generado una visión de lo que debe ser el servicio público que choca, desde hace muchos años, con la que los partidos políticos han impuesto en gubernaturas, presidencias municipales, congresos locales y el Congreso de la Unión la cual, debe decirse, desprecia cuando no dificulta y encarece el crecimiento económico, la inversión privada y la creación de fuentes de empleo permanente.

Es ahí, en ese ambiente, donde triunfa un candidato apoyado por lo que hoy se conoce como el Grupo de los 10, por los empresarios en general y también, con un entusiasmo que ha sorprendido a todos en el centro del país, por la juventud que estudia, y los cuadros directivos jóvenes que se desempeñan en las empresas locales.

La victoria de Jaime Rodríguez, envió un mensaje de hartazgo y el destinatario, bien definido, es el Gobierno federal; específicamente, la Secretaría de Hacienda y su absurda política fiscal.

La conducción de ésta, que privilegia la recaudación a costa del crecimiento, el empleo, la inversión y el consumo, fue el principal promotor de la candidatura de Jaime Rodríguez y de los apoyos recibidos. El mensaje es claro: hay que modificar lo que encarece —cuando no impide— la inversión y la creación de empleos y, por supuesto, lo que daña los ya de por sí ya bajos niveles de productividad de buena parte de la economía.

¿No está de acuerdo conmigo? Lo acepto pero, le pido por favor que platique del tema con quien conozca el ambiente empresarial de Nuevo León, y con el trato recibido del gobierno federal y de Hacienda. Si lo hiciere, me tendría que dar la razón.

Espero, para el bien del país no solo de Nuevo León, y del crecimiento económico, que el destinatario escuche el mensaje, y lo entienda.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube