Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

18 Jun, 2015

Por favor, ¡que alguien me explique!

Uno de los personajes más interesantes de los muchos que popularizó Eugenio Derbez en sus programas en la televisión mexicana de los cuales, algunos son exhibidos hoy por la televisión de paga, es el de un alemán que a gritos exigía le fuera aclarada ésta o aquella expresión coloquial —¡Que alguien me explique!— la cual, para quien desconozca el español hablado en México, carecería de todo sentido.

Hoy, me encuentro en una situación similar a la del personaje aquél. ¿A qué se debe mi petición? A que no encuentro racionalidad alguna en estas giras donde, se firman convenios y acuerdos con países que, dada la realidad del país en materia de comercio exterior e inversión extranjera directa carecen, para decirlo claro, de todo interés para México.

Por ejemplo, ¿tiene sentido el boato y el despilfarro junto con la firma de acuerdos y convenios o lo que sea, con Italia por ejemplo? ¿Qué representa este país para México? ¿Acaso nuestro gusto por el spaghetti y la sopa de fideos, justifica la alharaca y la consecuente avalancha mediática? Veamos, si le parece, algunas cifras proporcionadas por la Secretaría de Economía.

En materia de comercio exterior total de los años 1995, 2000, 2005, 2010 y 2014, el porcentaje que significó el comercio exterior (importaciones más exportaciones) con Italia de aquel monto, fue: 0.64, 0.61, 0.85, 0.77 y 0.87. Es más, para tener más clara lo inútil de celebrar quién sabe qué y por qué en ese país, la balanza comercial anual fue, durante esos 20 años, deficitaria; es decir, importamos más de lo que exportamos.

Si en vez de Italia tomamos el caso de Alemania, los porcentajes del Comercio Exterior con ese país son, para los mismos años, los siguientes: 2.11, 2.14, 2.51, 2.44 y 2.16. Además, la Balanza Comercial con este país también ha sido siempre deficitaria.

Si ahora analizamos la Inversión Extranjera Directa, las cifras reforzarán la idea de que muy poco o nada tenemos que hacer por esas tierras. Mire  usted; de los años 2000 al 2014, la Inversión Extranjera Directa acumulada en México alcanzó un total de $384,122.3 millones de dólares americanos y, de ese monto, Italia invirtió aquí el 0.1%, y Alemania el 2.3.

Por otra parte, sólo para darle a usted una idea de hacia dónde deberíamos enfocar nuestros esfuerzos en materia de comercio exterior y atracción de inversión extranjera directa, Estados Unidos invirtió el 45.8% y Canadá el 6.0 mientras que España, el 13.0 por ciento.

Ahora sí, ¡¡qué alguien me explique!! ¿Qué carajos andamos haciendo allá? Las cifras nos dicen, claramente, hacia dónde deberíamos enfocar nuestros esfuerzos en materia de comercio exterior y atracción de inversión extranjera directa. Las visitas del Presidente a Italia y Turquía por ejemplo, y en general a los países de la Unión Europea a excepción de España, nos cuestan mucho, y envían un mensaje equivocado a los agentes económicos privados, de aquí y de allá. 

No hay que darle muchas vueltas al asunto salvo, por supuesto, que a los viajeros les parezca glamuroso viajar a Europa y mundano a Chicago, Houston, Los Ángeles, Vancouver, Toronto y Montreal.

Por eso pido, al igual que hacía Eugenio Derbez, ¡que alguien me explique!

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