Darío Celis

Tiempo de negocios

Darío Celis

3 Jul, 2015

Acereros vs. automotrices

Resulta absurdo que una industria como la automotriz se niegue a la aplicación de aranceles al acero diciendo que son medidas violatorias de la normatividad de la Organización Mundial de Comercio, cuando las armadoras siempre han tenido aranceles hasta de 50% que las protegen.

Si el sector automotor no tuviera esta protección, seguramente enfrentaría los mismos problemas que sufren la industrias del acero, del textil, de la cerámica, del juguete o la del calzado. Por alguna razón, a esta industria sí la defiende la Secretaría de Economía.

A diferencia de la rama automotriz estadunidense y de otros países, en México el rubro no tiene la obligación de que los vehículos integren un porcentaje de contenido nacional. De hecho, las armadoras en México son casi maquiladoras de partes importadas.

Su integración en proveeduría nacional y en cadenas productivas mexicanas es nula, mientras que la industria siderúrgica tiene procesos integrales que van desde las minas hasta el producto terminado.

En caso de imponerse aranceles al acero, la automotriz no se vería afectada porque además de que tiene aranceles que la protegen, desde hace más de 12 años cuenta con mecanismos de importación (IMMEX- PROSEC) que le permitirían realizar sus importaciones sin pago de aranceles.

No obstante la baja de precios del acero, el principal componente de los vehículos, los usuarios finales no se han visto beneficiados con una baja en los precios de los automóviles en el país. Es mucho más barato comprar un automóvil en Estados Unidos que en México.

Las armadoras obtienen aquí doble beneficio: el ahorro que representa una mano de obra barata y los mayores precios de los vehículos vendidos en el mercado nacional.

Si bien al igual que el acero la industria automotriz genera muchos empleos en México, hay que diferenciar que los salarios promedio son diametralmente distintos: mientras en la siderurgia el ingreso promedio del trabajador es de 15 mil pesos mensuales, el de la automotriz llega a cinco mil.

También es preciso destacar que la industria del acero mexicano es altamente competitiva, y aun sin aranceles de protección como la industria automotriz, ha invertido en los últimos diez años unos 11 mil 500 millones de dólares apostándole a México.

Su problema es que no está compitiendo en igualdad de circunstancias al recibir importaciones bajo prácticas desleales de China, Corea y Rusia. Si el sector del acero tuviera la mitad de los aranceles que protegen a la industria automotriz, no estaría sufriendo una crisis.

La industria automotriz se opone a que exista una Norma Oficial Mexicana (NOM) que regule las calidades del acero que se importa y produce en México, lo que en nada les afectaría, dado que se supone que importan productos siderúrgicos de la más alta calidad y en su propio caso cuentan con una NOM que limita el ingreso de vehículos usados, por ejemplo.

Una NOM para el acero busca que los productos importados al país cumplan los mismos requisitos de calidad en especificaciones y medidas ambientales en el proceso productivo que se aplican a las empresas mexicanas. Es exigir mesa pareja.

COATS SIN HILOS

La alemana Coats México, que preside Paul Forman, acaba de sufrir un duro golpe en el proceso que inició contra Modatelas, de la familia Name Yapur, quienes tienen desde el año 2010 los derechos de la marca de los afamados hilos Seralón.

Le platicaba no hace mucho que Coats perdió los derechos en agosto de 2011, por lo que presentó juicios de nulidad ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). Sin embargo, nunca dejó de comercializar los hilos a escala masiva, a pesar de que no tenía los derechos correspondientes de la titularidad de la marca Seralón.

Ante esas anomalías el IMPI, de Miguel Ángel Margáin, realizó la semana pasada visitas de inspección a locales de telas ubicadas en la Ciudad de México, donde logró asegurar más de 32 mil piezas de hilos y nueve mil cajas de hilos que fabricó y colocó Coats.

REVÉS A GC

Otro tema que le comentamos aquí es el de Comercializadora GC, arrendadora favorita de aviones para la maestra Elba Esther Gordillo y el Partido del Trabajo, y que mantiene una demanda de parte del abogado Alexis Orta por el reclamo del monto de tres pagarés que en su momento fueron reconocidos por la compañía, pero que se niega a pagar. Comercializadora GC recién sufrió un nuevo revés.

Se trata del emplazamiento a concurso mercantil dictado el pasado 25 de junio por Concepción Martín Argumosa, Juez Séptima de Distrito en Materia Civil Mercantil del DF, que le prohíbe realizar pagos de obligaciones vencidas o movimientos financieros, situación que ya fue informada al SAT, de Aristóteles Núñez; IMSS, de José Antonio González Anaya; Infonavit, de Alejandro Murat, y al propio Ifecom, de Griselda Nieblas.

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