¿Dracma o euro? Cinco posibles futuros para la moneda en Grecia

CIUDAD DE MÉXICO.- El “no” ganó en Grecia y el futuro del país helénico es incierto. Aunque con el resultado el gobierno griego podrá reanudar las conversaciones con el resto de Europa para obtener más financiamiento, no queda claro cuál será el desenlace.

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Los líderes europeos podría negarse a dar más dinero a Grecia y el Banco Central Europeo no aumentará la liquidez de emergencia que otorga a bancos griegos, lo que podría demorar más el reinicio de actividades normales del sistema bancario.

Ante la falta de liquidez, ¿cuáles son las opciones para Grecia respecto a la moneda a usar? Stephen Fidler del Wall Street Journal dice que el país tiene cinco opciones.

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Grecia se queda en la eurozona

El BCE podría aumentar la liquidez para los bancos, manteniendo con vida al sistema bancario del país. Sin embargo, para que esto suceda el gobierno griego debería aceptar algunas de las condiciones de sus acreedores a cambio de un alivio en la deuda.

Grecia sale de la eurozona, pero mantiene el euro

Según analistas esta se ha convertido en la opción más viable, pero también la peor para Grecia.

El país perdería el acceso a la liquidez del BCE, lo que volvería al sistema bancario muy sensible a futuras crisis, pues el gobierno no tendría herramientas para atacarlas y el sistema tendría problemas de solvencia.

El problema en un inicio será encontrar la manera de aumentar las reservas que el banco central tiene de la moneda y mantenerlas en un nivel sostenible para el funcionamiento de la economía.

Una comisión de cambios

El banco central de Grecia crearía una nueva moneda cuyo tipo de cambio se pondría a la par con el euro. Por lo tanto, el monto de nuevos dracmas en circulación sería igual a los euros que Grecia tiene en reservas

Esta opción incentivaría que la economía del país se ponga en orden, con el objetivo de atraer euros del exterior, que podrían dar lugar a una ampliación de los nuevos dracmas en circulación y apoyar el crecimiento económicp. Sin embargo, ante la limitación de euros en el país, una crisis futura vulneraría a la economía.

Un sistema dual

En cuanto el gobierno se quede sin euros para hacer frente a sus obligaciones, emitirá pagarés denominados en euros, los cuales se podrán cambiar por euros o dracmas, dependiendo de lo que suceda en los próximos meses.

Sin embargo, ante la incertidumbre, los pagarés denominados en euros tendrían un valor menor al reflejado en el papel, lo que equivale a una devaluación “de facto”.

Ahora, una ley de la teoría económica, llamada Ley de Gresham, dice que el dinero malo persigue al bueno. Eso significa que los griegos empezarán a acaparar los euros en la economía y usarán los pagarés como moneda.

Un nuevo dracma

La emisión de una nueva moneda, ya sea como resultado del punto anterior o de un proceso más inmediato, causará inevitablemente una devaluación del dracma respecto al euro y el resto de monedas del mundo.

Un dracma débil beneficiaría las exportaciones de productos griegos, lo que apoyaría a la economía, pero también encarecería las importaciones, lo que se traduciría en un aumento de la inflación y un daño para los ciudadanos.

El ritmo de recuperación de la economía griega dependería de las políticas del gobierno, ¿qué tanto se estaría dispuesto a que la inflación golpee a los ciudadanos a cambio de un crecimiento más rápido?

*gl