David Páramo

Análisis superior

David Páramo

7 Jul, 2015

Preocupaciones inventadas

Es difícil de comprender la preocupación que tienen muchos por Grecia y el impacto que tiene en el tipo de cambio. Se desgarran las vestiduras hablando de máximos históricos, barreras sicológicas del tipo de cambio del peso frente al dólar y otros lugares comunes que, de entrada, poco o nada tienen que ver con la economía nacional.

¿Cuál es la justificación para que el peso haya llegado al menudeo a niveles de 16.10? Algunos podrían decir que hay un impacto negativo en las economías emergentes: ¿México o Grecia son los emergentes?

Otros dirán que hay un flight to the quality, que no es más que otro lugar común, puesto que en todas las condiciones el dólar ha demostrado ser el principal depósito de valor. Quizá hay más de especulación y jugar con el miedo que razones económicas.

No existe, como diría Agustín Carstens, una justificación económica para explicar el movimiento del peso frente al dólar. Más allá, tampoco con el fortalecimiento del peso frente al euro.

En México hay quienes, desde concepciones muy pobres de la economía, traumas, mitos o desde su muy pequeña visión, creen que el actual nivel de tipo de cambio representa alguna clase de riesgo para el país.

La realidad es que no es mucho más que una anécdota.

Primero. Desde hace 20 años el tipo de cambio dejó de ser la piedra toral de la economía mexicana, para convertirse en un precio más. El no defender un nivel de tipo de cambio prefijado ha demostrado su eficiencia, especialmente en niveles de alta volatilidad como los registrados en 2008-9 y desde el año pasado.

Segundo. La volatilidad del peso (unos días por la normalización de la política monetaria de la FED y otros por Grecia) no ha tenido impactos negativos en el nivel general de precios. La inflación se encuentra en el nivel más bajo desde 1970, cuando comenzó a medirse.

Es un hecho que algunos sectores que importan pueden verse afectados, pero no han llegado al nivel general de precios.

Tercero. México se ha beneficiado de la moderada depreciación del peso frente al dólar. El principal motor de la economía, en quizá los últimos cuatro años, ha sido el sector automotriz, que está siendo el principal receptor de inversión extranjera, exportaciones y una de las principales fuentes de empleo.

Si se ven los datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, destaca un gran crecimiento, incluso superior al buen momento que se vivía a finales de la primera década de este siglo.

FORTALEZAS

En lugar de estar preocupados por los graves problemas que atraviesa la economía de Grecia y si eventualmente podrían impactar en México, se debería hacer un reconocimiento a lo mucho que se ha hecho bien en el país y, más importante, hacer una advertencia para no cometer los errores de los populistas griegos. Desgraciadamente hay ofertas de partidos políticos en México que nos llevarían a una crisis similar.

Andrés Manuel López Obrador ha dicho que, en caso de ganar las elecciones, haría crecer la burocracia con el renacimiento de Luz y Fuerza del Centro, Mexicana de Aviación como paraestatal, crecimiento de sindicatos como los de Pemex, CFE y de maestros a través de garantizar que todos pudieran entrar a la universidad.

Otros más, como los del PAN y el PRD, exigen que el salario se incremente sólo porque les parece justo. Obviamente, olvidan todo aquello que tiene que ver con competitividad y productividad, necesarios para mejorar los niveles de vida de una manera sostenida para las personas.

También están, en todos los partidos políticos, los que se oponen al Presupuesto Base Cero, es decir, a los programas de austeridad a través de los cuales se establece que se utilice el gasto de manera mucho más eficiente.

La tramposa pregunta que se hizo durante el referéndum era si estaban dispuestos a aceptar medidas de austeridad para poder cumplir con los compromisos financieros contratados por el gobierno griego.

Si realmente se tiene tanto temor de las consecuencias de la crisis griega, México debería tomar acciones para no caer en situaciones similares y deberían concentrarse mucho más en productividad y competitividad para tener más sectores como el financiero y automotriz.

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