El nuevo sitio Patrimonio de México y el turismo

La inscripción del Acueducto del Padre Tembleque en la lista de los sitios Patrimonio de la Humanidad implica retos importantes como destino de viaje, y así lo reconoce Bettyna Benítez, titular de Turismo del Estado de México (Edomex).

El pasado fin de semana, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura incorporó esta obra de ingeniería, que se construyó hace 440 años, en la lista de lugares que deben ser preservados como un legado para el género humano e hizo recomendaciones concretas relacionadas al turismo.

En primer lugar, propuso que las obras que se realicen en torno al mismo no afecten su construcción, pero también que se preserve el paisaje de magueyes y nopales que la compaña y que, igualmente, se ha mantenido sin cambios al paso de los siglos.

La historia de su inscripción es interesante y comenzó en 1994, en el estado de Hidalgo, donde se encuentra parte de este acueducto y donde se fundó el Patronato del Acueducto del Padre Tembleque. Sus esfuerzos para llegar a la Unesco resultaron infructuosos, pero consiguieron que Eruviel Ávila, en su campaña para gobernador del Edomex se comprometiera a impulsar dicha gestión en caso de ganar las elecciones.

Fue así como Benítez recibió la encomienda de conjuntar los esfuerzos para lograrlo, además de que recibió un fondo de 4.4 millones de pesos. Francisco López, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), coordinó el esfuerzo técnico que, en gran medida, fue ejecutado por la Universidad Autónoma del Edomex.

Además tuvieron una participación activa la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Universidad Autónoma de Hidalgo y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Patrimonio. Entre los elementos que llevaron a que esta gestión fuera exitosa, en primer lugar, está el hecho de que este importante acueducto, que pasa por los municipios mexiquenses de Nopaltepec, Otumba y Axapusco, sigue funcionando para transportar el agua. De hecho, se ha convertido en el único acueducto inscrito entre los sitios Patrimonio de la Unesco, que sigue en operación. En segundo lugar, partes de la obra cuentan con inscripciones hechas por los indígenas y que son, en sí, un testimonio de su visión sobre ese momento de la historia.

Gran parte de los terrenos por donde pasa el acueducto son propiedades ejidales o reservas territoriales del gobierno mexiquense, lo que explica el que no hayan sido afectadas. El viernes pasado, incluso sin que hubiera certeza sobre la inscripción o no del acueducto, inició el primer diplomado para guías interesados en conocer a fondo esta obra y en el que participan 72 personas.

Es previsible que en el futuro se construyan miradores, restaurantes, tirolesas y senderos para hacer caminatas; todo ello con el fin de disfrutar del acueducto, y ese es el reto que apunta Benítez, pues habrá que lograrlo sin afectar a esta obra y su entorno.

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Reglamento. Ayer se publicó en el Diario Oficial el reglamento de la Ley General de Turismo, un conjunto legal que se promulgó desde 2009.