Víctor Beltri

Víctor Beltri

9 Jul, 2015

Cyberwarfare?

Mucho hay que analizar después de lo ocurrido el día de ayer alrededor de los sistemas de información en Estados Unidos. Haya sido un ataque deliberado, como algunos argumentan, o una serie de fallos aislados, como señala la versión oficial, lo cierto es que queda expuesta, como nunca, la vulnerabilidad de la mayor economía del mundo en un escenario de guerra cibernética. Si lo que pasó ayer fue consecuencia de un ataque, la situación es preocupante; si fue consecuencia de fallos técnicos, lo es aún más.

Y es que el escenario parece más propio de una película de ciencia ficción que de la vida real: imagine, por un momento, que alguien tuviera la capacidad para detener por completo las operaciones globales de la mayor aerolínea, en cuanto a número de destinos, del mundo; que pudiera interrumpir las operaciones del mercado de valores en Nueva York y, finalmente, bloquear el sitio de uno de los diarios más respetados a nivel mundial.

Eso es lo que podría haber ocurrido ayer, cuando, alrededor de las nueve de la mañana, fue reportado un fallo en el sistema de United Airlines, que afectó a más de tres mil 500 vuelos, con consecuencias desastrosas en el sistema de transporte aéreo mundial, ocasionando retrasos y pérdidas económicas cuya cuantía está aún por calcularse y que, por la pérdida de confianza en la aerolínea, podría incluso comprometer su viabilidad a largo plazo. Un poco después, y cuando la atención del mundo entero estaba en las causas del problema de United, ante el temor de que se tratara de un atentado, el New York Stock Exchange interrumpió sus operaciones debido a un problema técnico de razones no determinadas, pero que se apresuraron a descartar como fruto de una intrusión en el sistema. Unos minutos más tarde la página principal del Wall Street Journal era la que fallaba, y desplegaba un mensaje de error. Un golpe tras otro, que cimbraron las estructuras del poderío norteamericano: sus vías de transporte, su sistema financiero, sus medios de comunicación.

Una tormenta perfecta, casi demasiado perfecta, y que sin duda tendrá consecuencias importantes. La mera posibilidad de que exista alguien detrás de lo que hasta ahora han sido considerados incidentes aislados es espeluznante: la amenaza constante de un fallo que pueda costar vidas humanas y convulsionar el sistema financiero, poniendo a la nación más poderosa del mundo de rodillas, tendría repercusiones gravísimas en materia de seguridad, comprometiendo la libertad de la red en aras de la seguridad nacional. El problema es que el escenario contrario, en el que no hubiera una mente maestra orquestando un plan devastador, tiene que lidiar de cualquier forma con la amenaza de un fallo catastrófico, y las medidas de seguridad tendrán que incrementarse. Estamos, sin duda, ante un hito en la historia de la seguridad informática que comprometerá aún más la libertad de los usuarios de la red.

Esto, en Estados Unidos, en donde las buenas prácticas y los estándares de calidad son una búsqueda constante, en todo tipo de organizaciones. Es imposible no sentir un escalofrío al pensar en las medidas de seguridad, y la terrible vulnerabilidad, de los sistemas de información en nuestro país. No sólo por las áreas estratégicas y de seguridad convencionales, en las que de por sí la labor podría estar comprometida: el escándalo alrededor de los servicios contratados por las fuerzas de seguridad a la empresa Hacking Team, de la que vergonzosamente somos los mejores clientes, debe ser aclarado de inmediato, sobre todo en vista de los vertiginosos tumbos que la historia parece estar dando, y que podrían llegar a constituir un riesgo grave a la seguridad nacional. Es un problema muy delicado, real y urgente, que debe de tratarse con total transparencia. ¿Quién se hará responsable?

 

*vbeltri@duxdiligens.com

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