Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

10 Jul, 2015

Cuando te roban…

Cuando hablamos de emprendimiento, generalmente, nos enfocamos a los grandes aspectos del éxito (algo así como la metafísica espiritual): la motivación, las ganas, los planes, la actitud ante el fracaso… Poco nos ocupamos de los temas y problemas más mundanos y cotidianos, pero que, a fin de cuentas, son igual de comunes y su solución es fundamental para asegurar el éxito del negocio (y la tranquilidad del emprendedor).

Pocos eventos tan desagradables (y comunes) como encontrar que alguien interno te ha estado robando en el negocio, ya sea dinero o bienes de la empresa. Es un evento con implicaciones legales, laborales, logísticas y también emocionales, tanto para el emprendedor como para la empresa.

No hay empresa que esté exenta de estar en esta situación. Por más que conozcas a tus empleados o socios, por más “de confianza” que sean, por mayores cuidados que tengas las sorpresas que da la vida, tristemente, son muchas. Un vival siempre está un paso delante de la confianza y de los sistemas de seguridad.

¿Qué hacer y cómo actuar cuando sospechas/sabes que un empleado o socio está robando algo de la empresa?

1.- Cuenta hasta diez… Si sospechas que alguien te está robando o sabes directamente quién es, primero que nada, guarda la compostura. Por más coraje que tengas, el perder los estribos y actuar irracionalmente no lleva a nada bueno. Cálmate, asesórate y elabora un plan de acción. Actuar irracionalmente, y despedir a la persona de inmediato puede tener consecuencias que no necesariamente son las mejores.

2.-Información es poder. Cerciórate de que la información y sospechas que tienes son correctas. Investiga perfectamente y documenta por escrito que es lo que está pasando con la mayor precisión posible. En la medida de lo posible no te guíes por dimes y diretes, sino por información y datos duros.

3.-Ser o no ser (soplón) ésa es la cuestión. El pedir o presionar a otros empleados para que “espíen” o te den información es un arma de dos filos, úsala con cuidado. Por un lado puedes conseguir información valiosa, pero también puedes obtener opiniones o datos sesgados que pueden confundirte.

4.-Procede inteligentemente. Si decides despedir a la(s) persona(s) involucradas, hazlo de acuerdo a los procedimientos laborales correctos. Asesórate para hacerlo de la mejor manera. Un vival siempre es un vival. No es raro el caso de empleados que son despedidos por malos manejos y que luego tienen el descaro de demandar a sus exempleadores por un despido injustificado… y ganar la denuncia.

5.-Perdonar… no creo que puedas perdonar (cantaría Emmanuel). Muchas veces, un empleado al que “cachas” robando te jura y te perjura que fue la primera vez o que será la última vez (o ambas al mismo tiempo) y te pide ser perdonado. Por más que te agarre emocionalmente, evalúa muy muy bien si hacerlo o no, la posibilidad de reincidencia es amplia. Además de que pone un ejemplo para el resto de los empleados, diciéndoles, de alguna forma, que este tipo de conductas son toleradas en el ambiente de trabajo.

6.-La desorganización hace al ladrón… Una vez que resuelves el evento en específico, tu trabajo apenas empieza. Ahora tienes que evitar que vuelva a pasar. Evalúa y cambia los sistemas de seguridad que tienes en la oficina. La logística en el manejo de efectivo, de cuentas de banco y de activos en general. Recuerda también que la información es el activo más importante de tu empresa y debes tener cuidado de que esta no sea vulnerable. Invierte tiempo y, si es necesario dinero, en establecer buenos sistemas de seguridad. Recuerda que algunas veces los robos se deben a estratagemas complicados, pero, en la mayor parte, son esquemas muy simples que, justamente por su obviedad, muchas veces menospreciamos.

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