El sexenio de la mala suerte

Además de sus propios desaciertos, la verdad es que este es un sexenio con mala suerte, al que el ambiente económico y financiero internacional le ha impedido cosechar sus aciertos.

Luego del desastre en materia de crecimiento económico en los dos primeros años del gobierno, la Secretaría de Hacienda pronosticó que en 2015 la economía mexicana crecería entre 3.5 y 4.5 por ciento.

Y en buena medida, debido a un ambiente internacional muy desfavorable, es posible que el crecimiento no llegue más allá de 2.4 por ciento.

Los indicadores que dependen de decisiones internas no se ven tan mal: por ejemplo, la inversión fija bruta creció en abril 5.2 por ciento, respecto al mismo mes del año anterior; en ese mismo mes, el consumo privado, aumentó 2.3 por ciento;  la confianza del consumidor creció en junio 1.96 por ciento.

Sin embargo, lo que tiene que ver con el motor externo muestra un mal comportamiento, contaminado por un ambiente mundial adverso. Aquí habría que anotar la evolución de la actividad industral del país, con su peor comportamiento en mayo, desde noviembre de 2013, apagada por la caída en las exportaciones ante la baja actividad económica de Estados Unidos.

Es decir, hoy por hoy, lo que más afecta  la economía mexicana es el desalentador panorama que muestra la economía mundial.

El hecho de que la economía de Estados Unidos no termine por recuperarse y se prevea que apenas crecerá 2.5 por ciento este año; lo que sucede con la crisis griega y un desenlace que nadie se atreve a dibujar; la crisis en los mercados financieros y bursátiles de China y la caída en su crecimiento por abajo de siete por ciento y la profunda recesión rusa son eventos que están afectado severamente la evolución de la economía mundial.

El Fondo Monetario Internacional pronostica que este año el crecimiento mundial será de apenas 3.3 por ciento, el más bajo después de la recesión de 2009.

Y en este panorama, la región más afectada es América Latina y el Caribe, con un crecimiento de sólo 0.5 por ciento, muy influida por las crisis económicas de Argentina y Brasil y en especial, por la de Venezuela, considerada ahora la economía con peor comportamiento del mundo.

Para el Fondo Monetario Internacional (FMI), México crecerá 2.4 por ciento, raquítico y muy debajo de los pronósticos de la Secretaría de Hacienda para este año.

Un caso especial lo constituye China cuyo crecimiento se ha moderado a 6.9 por ciento para este año, debido a la crisis en el mercado bursátil chino, que ha caído 30 por ciento en las últimas tres semanas y por las sospechas de que los bancos chinos están ocultando una severa crisis que cuando estalle afectará el crecimiento del país.

México tiene varios años tratando de hacer bien las cosas y la verdad es que el clima financiero mundial no ha permitido que los avances fructifiquen.

La economía mexicana fue afectada por la crisis de las Torres Gemelas en 2001, por la recesión mundial de 2009 y ahora, por un clima económico internacional de bajo crecimiento.

La única salida, la única solución es seguir consolidando las finanzas públicas, mantener el equilibrio en los fundamentales de la economía y aprovechar el momento para impulsar una economía menos regulada y fortalecer el Estado de derecho.

Hasta el próximo lunes con nuevas…Perspectivas.