Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

13 Jul, 2015

Situación económica mundial compleja, unos van de gane y otros de bajada; México bien aunque enfrenta dificultades: crece poco, pero genera empleos

Si bien el Fondo Monetario Internacional bajó la previsión de crecimiento del PIB, esperada para México en 2015, de 3.0% a 2.4%; la otra variable económica importante para el país  —la inflación— se comporta bien, tocó su mínimo histórico anual de 2.8%, a mediados de año, según el INEGI,después de registrar niveles de cuatro por ciento en los años y meses anteriores, marcando una evidente desaceleración de la inflación, como nunca.

Abril y mayo fueron los meses consecutivos en que la inflación se mantuvo por debajo de tres por ciento.

Por su parte, el índice de precios subyacente, considerado un mejor parámetro para la medición de la inflación (porque elimina los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles), alcanzó una tasa anual de 2.33% en junio, no obstante la reciente depreciación del peso frente al dólar, misma que no se reflejó de manera contundente en el comportamiento de los precios.

El analista económico de Scotiabank, Armando Jaramillo-Mosquera, reconoció el resultado de la inflación como positivo, “dado que el crecimiento de los precios se torna estable”. Y por su parte, en la última reunión del Banco de México, se descartaron presiones derivadas de la demanda agregada, y se proyecta que la inflación se mantenga por debajo de 3% durante 2015. Si bien pueden surgir presiones en precios agropecuarios, debido a choques externos.

También en junio del año en curso se dio el mejor registro de empleo formal en 18 años, cuando se reportó la creación de 78 mil 435 empleos, superando el promedio semestral de 10 años, y en los que el sector de la construcción lideró la creación de plazas.

Pero los nubarrones mundiales no se alejan del escenario de volatilidad, por dos acontecimientos en proceso: la crisis griega y el alza en las tasas de interés anunciado por el Banco Central de Reserva de Estados Unidos, por la próxima “normalización” (reversión) de su política monetaria, de inyecciones periódicas de liquidez para inducir actividad económica en su contexto recesivo.

Por otra parte, se habla de la necesidad de blindar la economía nacional por los efectos que podría tener una crisis inmobiliaria que amenaza con vivir China, porque aunque todos los ojos están puestos en la crisis griega, analistas alertan que el foco rojo para las economías globales, entre ellas la de México, podría ser un posible desplome financiero de China.

Jonathan Heath, el prestigiado vicepresidente de estudios económicos del IMEF, consideró que “lo que ocurra en el transcurso del año en China, podría impactar de forma relevante las finanzas públicas de ese país y al resto de los mercados emergentes, debido a que se está gestando una crisis financiera.” China vive una desaceleración que parece no tener fin. Su PIB presenta episodios de laxitud, situándose por debajo de 7% anual, cuando antes era superior a diez por ciento.

A lo largo de este año han sido cuatro factores los que tomaron por sorpresa al mundo y desequilibraron las finanzas públicas, como la subida de tasas de interés en Estados Unidos, la caída en el precio del petróleo, la crisis en Grecia con Europa y, actualmente, la burbuja inmobiliaria-financiera en China.

Mientras tanto, el Banco de México se mantiene a la expectativa para actuar oportunamente. “En nuestro caso, al igual que el consenso de los analistas, mantenemos la expectativa de que el inicio del alza de las tasas por parte de la Fed será en la reunión de septiembre y, por consiguiente, Banxico,” declaró su vocero.

*Economista

Twitter: @acanovelez

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