Nuevos frentes para AT&T

Ante los desencuentros que ha tenido AT&T en EU con la administración de Barack Obama la compañía que dirige Randall Stephenson ha optado por desembarcar en México, sus cabezas de playa en nuestro país se llaman Iusacell y Nextel y requirieron de un monto de compra de cuatro mil 400 millones de dólares al que se suma una inversión adicional de tres mil millones de dólares.

El camino de la compañía estadunidense no será sencillo, debido a que compite con el gigante de las telecomunicaciones América Móvil que adicionalmente le ha abierto nuevos frentes en su mercado doméstico, ya que T-Mobile anunció que sus clientes estadunidenses tendrán servicio gratuito de llamadas, mensajes de texto y datos desde México y Canadá. El anuncio de T-Mobile es la respuesta al enfoque de AT&T que busca aprovechar el lucrativo mercado de 400 millones de personas de la región Norteamérica particularmente centrado en los mexicanos que hacen comunidad en ambas naciones. Para lograr dicho objetivo T-Mobile, que es la tercer mayor operador en Estados Unidos con un total de 58 millones 900 mil suscriptores, tuvo que lograr acuerdos  competitivos con América Móvil y Telefónica para interconectarse a la red celular mexicana.  De esta manera la compañía mexicana propició un frente de competencia doméstico para la empresa que dirige Stephenson.

El resultado de la negociación le permitirá a Telcel lanzar una propuesta similar, desde México se estará dando a conocer mañana. Es lógico pensar que se podría consolidar una alianza más profunda entre Deutsche Telekom, controladora de T-Mobile, y América Móvil con la finalidad de hacer frente común contra AT&T.  La amenaza que representa AT&T puede lograr otras alianzas como la que podría darse con Televisa que anunció hace unos días que podría regresar al mercado de telefonía móvil como operador móvil virtual de la mano de la compañía de Carlos Slim.

Hay que recordar que la pelea entre la televisora y la empresa de telefonía alcanzó en el pasado niveles épicos. Aunque la amenaza más inmediata que representa AT&T en México tiene que ver con su intención de lograr una cobertura de 40 millones de clientes potenciales de telefonía celular para la segunda mitad del año y de 100 millones para 2018, también puede significar una amenaza para otros jugadores de telecomunicaciones,  ya que se encuentra por recibir la  aprobación para la compra de DirectTv, por 48 mil 500 millones de dólares, lo que le permitirá tener una mejor posición de negociación en la compra de contenidos y ofrecer paquetes más completos de telefonía móvil, internet y televisión satelital.

Con la integración de DirectTv, AT&T tendrá una participación accionaria de 41 por ciento en Sky México, un negocio de fuerte crecimiento para Televisa. Para la compañía de Emilio Azcárraga será complejo ser socia de AT&T a través de Sky y al mismo tiempo ser su competidora de la mano de América Móvil, hay que esperar definiciones importantes en esta materia. El arribo de AT&T será positivo para el mercado mexicano al intensificar la competencia, pero como cualquier empresa en la búsqueda de maximizar sus utilidades ha incurrido en abusos en detrimento de sus clientes. Por ejemplo, el mes pasado recibió una multa de 100 millones de dólares por parte de la Federal Communications Commision (FCC) de Estados Unidos, debido a que se le acusa de vender paquetes de datos móviles supuestamente ilimitados, no obstante, de acuerdo con el regulador de la Unión Americana cuando el usuario supera cierto umbral de consumo la velocidad de acceso a internet disminuye considerablemente. Obviamente AT&T ha dicho que no está de acuerdo con la sanción, que es la más grande que ha impuesto la FCC, y ha dicho que es una práctica legítima y racional en la gestión de su red. El Instituto Federal de Telecomunicaciones deberá estar muy atento para ayudar a garantizar que los planes agresivos que lanzará la compañía sostengan sus condiciones una vez que pase el frenesí en pos de ganar participación de mercado.  

GRECIA AL FILO

Afortunadamente la salida de Grecia no ocurrió el domingo pasado, hubiera significado el suicidio económico del país mediterráneo y un fuerte golpe para la zona euro y la consiguiente volatilidad para el resto del mundo. Ante el abismo el primer ministro Alexis Tsipras optó por ceder a una serie de condiciones casi punitivas que buscan garantizar que Grecia avance en sus compromisos para obtener un rescate que le permita salir adelante. No obstante, hay dos grandes nubarrones; las nuevas declaraciones de Tsipras del día de ayer en las que dijo que le impusieron las medidas y que no está de acuerdo con ellas, aunque paradójicamente urgió al parlamento de su país para que las aprueben y por el otro,  el documento secreto del Fondo Monetario Internacional que reveló Reuters en el que establece que las condiciones económicas de Grecia se han deteriorado como consecuencia de las dos semanas en las que se han mantenido cerrados los bancos. Los alemanes y los demás europeos tendrán que hacer una reestructura más grande de la deuda y aceptar un periodo de gracia de 30 años en el pago de la deuda por parte de Grecia anteriormente, el FMI calculaba dicho periodo en 20 años. Ahora que estos datos son públicos cualquier zigzag de Grecia para aprobar las reformas resultará en su salida de la moneda única europea, las afirmaciones de Tsipras no ayudan.