David Páramo

Análisis superior

David Páramo

16 Jul, 2015

Efecto Mexicana

La administración de Gastón Azcárraga en Mexicana de Aviación parecería haber generado una suerte de efecto de contagio en el sector empresarial con casos como los de Grupo México, GNP, Ficrea y OHL. El paralelismo en estos casos es francamente impactante.

Se trata de tres administraciones que coinciden en las actitudes indebidas e ilegales que tratan de cubrir con sus campañas de medios de comunicación.

Así como los “publirrelacionistas” de Azcárraga juraron hasta el último momento que se trataba de versiones falsas de periodistas corruptos que buscaban hacerles daño (jamás especifican las razones) mediante una campaña en su contra, también lo han hecho GNP, Ficrea y OHL.

Sería bueno que antes de contratar a estos supuestos expertos en crisis de medios las empresas analizaran los clientes previos y las inútiles recetas aplicadas. Curiosamente no se trata de crisis de medios sino de las consecuencias de acciones equivocadas que se hacen públicas.

Muchas de estas compañías parece que se guían por el principio de “pena no es robar sino que te descubran”. Sería mucho más fácil que tuvieran una política de apertura directamente de la empresa en lugar de buscar a los que les resultan más cómodos o fáciles.

En todos los casos acusan de una conspiración, que obviamente jamás prueban porque no existe, por parte del gobierno. Aluden de una manera exótica pleitos con el presidente en turno o sus altos funcionarios.

Ahí está Germán Larrea tratando de hacer creer que el presidente Enrique Peña Nieto está enojado con él. Luego filtra que ya se arregló. Que esta disputa incluso tuvo algún impacto en la licitación de la cuarta cadena de televisión abierta. Un proceso que, dicho sea de paso, fue realizado íntegramente por al Instituto Federal de Telecomunicaciones.

GNP y OHL han optado por la variante de asegurar que se trata de un tema de negocios, que un competidor o un proveedor enojado están atrás de todos los hechos o que se trata de un asesino solitario como Pablo Wallentin, sin importar que haya conspirado en las grabaciones con otros empleados del mismo o mayor nivel que él.

Paralelamente aseguran que sus negocios van muy bien y que en los próximos meses reportarán datos espectaculares en cuanto a ganancias. La estrategia es más insistente si cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores. Recientemente OHL presumió sus estados financieros, sin explicar el monto de las contingencias legales que tienen,

Siempre prometen que pronto van a dar explicaciones de todo, que presentarán denuncias penales en contra de los autores de la campaña en su contra; sin embargo, en el fondo apuestan a dos cosas:

Que el asunto vaya olvidándose mientras buscan negociaciones vergonzosas en lo oscurito mientras van tapando el hueco. La mente de los defraudadores así funciona, creen que una o dos maromas más y que todo se arregla; siempre dicen que si los dejan terminar todo quedaría arreglado, pero que la autoridad les estorbó. Ahí están los casos de Mexicana y Ficrea.

Lo mismo sucede con GNP que jamás negó la evidencia de que estaban corrompiendo, por la vía de un soborno estilo “plata o plomo” a los médicos. Si hacían más operaciones en sus hospitales de corta estancia les pagaban más, si no entraban al redil les tardan meses en pagar sus honorarios.

CULPAR AL GOBIERNO

La segunda es que el simple paso del tiempo corrija las cosas o se convierta en un problema del gobierno. ¿Quién de los jubilados de Mexicana de Aviación le exige cuentas a Azcárraga? Las protestas tan peligrosas como inútiles van en contra del gobierno o el Poder Judicial y no en contra de quien se robó sus recursos.

Lo mismo sucede en el caso de Ficrea en el que los defraudados no le reclaman a Rafael Olvera sino a la Secretaría de Hacienda y/o a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

Tras causar la más grande tragedia ecológica en la historia de la minería en México, Grupo México ha tratado de hacer creer que si no están ayudando a los que dañaron (aun cuando no lo reconocen con gran cinismo) fue por la veda política. ¿No se suponía que los fondos los habían puesto ellos y no el gobierno?

En la inmensa mayoría de estos casos el resultado es dramático para acreedores, trabajadores y la sociedad en su conjunto.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube