Eliminación del roaming: lección regulatoria

Dicen que, quien se conoce se respeta. Eso le sucede a América Móvil, que dirige Daniel Hajj, y a  AT&T que dirige Thaddeus Arroyo en México, pues ambos han marcado el rumbo de un mercado “sin fronteras” entre México y Estados Unidos, adelantándose al regulador, como también lo ha hecho Telefónica Móviles México, que dirige Carlos Morales.

Telcel se fue más lejos, porque su propuesta aunque es para postpago (15 por ciento de sus usuarios), a una cuota fija mes/año de 600 pesos (35-40 dólares dependiendo del tipo de cambio), subraya la necesidad de que los precios de este mercado de larga distancia se fijen por competencia.

Es un tema interesante, porque el mercado de larga distancia entre México y Estados Unidos representa aproximadamente 35 por ciento del mercado total de ambos países (grande y robusto), y las facturas exorbitantes inesperadas (bill shock), son un asunto que comenzaba a ser visto con lupa por los reguladores de la FCC y el IFT, de Gabriel Contreras, aun cuando los operadores de ambos países comenzaron a “estandarizar paquetes”, muy en línea con la regulación europea en la que finalmente se fijaron precios.

Recordemos que la eliminación de la larga distancia internacional no fue incluida en la ley de telecomunicaciones y radiodifusión que entró en vigor en agosto de 2014.

En ese mercado es donde comienza a verse lo más fuerte de la competencia.

Apenas el 25 de junio, con el presidente Peña, el presidente y director general de AT&T, Randall Stephenson, anunció que tienen planeado invertir tres mil millones de dólares para extender la red móvil de alta velocidad a toda la República Mexicana, adicionales a los cuatro mil 400 millones de dólares que invirtió en Iusacell y Nextel.

Pero Daniel Hajj le reviró con “el doble”. Invertirán en tres años seis mil millones de dólares para modernizar su red, y es el primer anuncio de inversiones desde que comenzó a debatirse seriamente en México la posibilidad de una regulación asimétrica.

Así que lanzar el plan sin fronteras, implica acotar, mas no eliminar, el ingreso de larga distancia del importantísimo mercado de roaming México-Estados Unidos, con un precio fijo por mes/año 600 pesos por el servicio, que puede significar entre 2.5 y 10 por ciento del pago anual que realiza un cliente, pero no seria gratuito, ni tampoco sería un precio regulado. Esa es la novedad.

De ahí que llamen la atención los mensajes clave de Daniel Hajj, porque sugirió que con la entrada de AT&T se tendrá que revisar el mercado (obvio el norteamericano y sus capacidades).

Recordemos que su otrora socia entró al mercado mexicano, aprovechando la falta de inversión y desarrollo de Iusacell y Nextel por varios años a precios de descuento importantes.

Segundo, reconoce que México es un mercado muy competido en el que participan tres de los operadores más grandes del mundo: Telcel, AT&T  (con más espectro que los otros dos) y Telefónica.

Tercero, con la inversión anunciada para mejorar infraestructura, tecnología y ampliación de la capacidad de las redes, Telefónica que dirige Carlos Morales, se verá obligada a incrementar su inversión en México.

A casi un año de haber sido declaradas preponderantes, Telcel y Telmex caminan a su ritmo, estableciendo nuevos planes, servicios y también se está viendo forzada a invertir en la modernización de su propia red.

Y finalmente, el otro punto clave de lo que dijo Hajj tiene que ver con sus resultados: siguen perdiendo por la aplicación de tarifas asimétricas, pero subió 559 mil adiciones netas en el primer semestre del año, con 72, 633 usuarios en México.

DE FONDOS A FONDO

Ya respondieron a una de las diversas consultas públicas que recientemente lanzó el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), que preside Gabriel Contreras, ya le respondieron el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que preside Gerardo Gutiérrez Candiani, y la Cámara Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti), que lleva Víctor Gutiérrez
Martínez.

Se trata del anteproyecto de lineamientos que fijan los índices y parámetros de calidad a que deberán sujetarse los prestadores del servicio móvil en la prestación de los servicios a los usuarios finales.

Es importante porque se trata de resolver la pésima calidad que tenemos los usuarios en el servicio de telefonía celular y, tanto el CCE como la Canieti opinan que la calidad debe ser un asunto de competencia y no de regulación. Pues sea como sea,  los consumidores lo que pedimos es calidad, y me parece que algo le toca a los operadores, ¿no lo cree?