Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

21 Jul, 2015

Más de lo mismo no va a funcionar; ya probó su ineficacia

Las expectativas generadas por el regreso del presidente Peña a suelo mexicano, específicamente por las medidas que muchos imaginaron tomaría —con miras a enviar un mensaje claro a los mexicanos, para poner en práctica cambios sustantivos en la actual gobernación—, parecen haber quedado sólo en eso, en expectativas. 

La idea que muchos nos forjamos en relación con éstas últimas fue, que cesaría a no pocos de los integrantes del gabinete y llamaría, para esta nueva etapa de su gobernación, a políticos que de aquí a noviembre del año 2017 podrían llegar a ser las nuevas cartas de una baraja que hay que decirlo, quedó hecha pedazos como resultado de la evasión de Joaquín Guzmán Loera.

Son de tal gravedad las muestras de incapacidad y nula coordinación entre los responsables de las áreas de seguridad del Estado mexicano, que lo visto estos últimos días parece una película de Los Tres Chiflados o Los Hermanos Marx, y no la actuación de funcionarios especializados, responsables y capaces.

Si bien la corrupción y la falta de profesionalismo son, desde tiempo inmemorial, parte fundamental del quehacer de las instituciones que conforman el Estado mexicano, lo de hoy rebasa todo lo visto y padecido.

Ante los desfiguros de todos —sí, digámoslo claro, de todos—, la esperanza de una corrección estaba depositada en el Presidente Peña Nieto. Sin embargo, como dije, dado lo visto y escuchado desde su regreso, lo que nos va a dar será, aún cuando nos neguemos a aceptarlo, más de lo mismo.

Ni llegarán esas nuevas cartas, y menos despedirá a no pocos integrantes de su gabinete que han demostrado, hasta la saciedad, una incapacidad tal, que ni siquiera servirían para fungir como presidentes municipales. 

¿Los mismos seguirán haciendo lo mismo? ¿Acaso seguirán los mismos  mensajes soportados en un triunfalismo ramplón, carente de todo sustento frente a la realidad cotidiana del país, y a la tragedia que enfrentan decenas de millones de mexicanos? Sí, todo así lo deja ver.

Por otra parte, ¿qué se necesita para que el jefe de Estado tome nota de lo que es evidente para millones? ¿Cómo explicarle, que la gobernación que puso en práctica hace menos de tres años es, dados los resultados concretos alcanzados a la fecha —no los publicitados en spots fantasiosos cuando no exagerados a más no poder—, un completo fracaso?

¿Cómo advertirle, que las loas vertidas por voces interesadas, lejos de hacerle un bien en lo personal y a su gobernación, menos al país y a la economía, sólo buscan venderle la idea de que son colaboradores leales cuando, también hay que decirlo claro, lo que buscan es encabezar las pizcas del 2018?

Más de lo mismo, producirá más de lo mismo; no nos hagamos ilusiones porque, de no analizar objetivamente la realidad y tomar las medidas correctas y urgentes, las consecuencias para la gobernabilidad y la estabilidad política y económica nos meterían en un problema mayor que el enfrentado hoy.

Aún es tiempo de corregir; los mexicanos, señor Presidente, esperan de usted decisiones firmes y valientes. ¿Nos va a defraudar, por y para quedar bien con un puñado de inútiles? De hacerlo así, ¡qué peligroso sería!

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