Confía la SCT cumplir con el apagón analógico

La subsecretaria de Comunicaciones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Mónica Aspe, insiste en que el programa de transición a la televisión digital terrestre avanza en tiempo y forma, por lo que confía en que sí se cumpla la meta establecida en la Constitución de realizar, a más tardar el 31 de diciembre, el apagón de la señal analógica a nivel nacional.

Hasta el momento, no se han registrado problemas en las ciudades fronterizas donde se ha realizado el apagón analógico, como fueron los caso de Ciudad Juárez y Tecate, donde, la semana pasada, ya se efectuó.

Sin embargo, falta aún que se realice el apagón en las grandes ciudades y  la prueba de fuego serán Monterrey y Guadalajara y, desde luego, el Distrito Federal, que está considerado en la última etapa.

Mónica Aspe asegura que se mantiene la entrega de televisiones digitales a un ritmo de 60 mil. También informó que se realizará la próxima licitación para la compra de cuatro millones de televisiones adicionales

La meta de la SCT es terminar con la entrega de las televisiones digitales en todo el país, a más tardar, el 15 de noviembre. El problema es que dejaría al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) con sólo 45 días para analizar los reportes de la SCT y comprobar que, efectivamente, se cubrió, por lo menos, con el 90% del padrón de beneficiarios contemplado en los programas de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) y, desde luego, que todas las empresas televisoras estén ya listas para la transmisión digital.

El tiempo apremia y el problema para la SCT y el IFT no sólo sería incumplir con el mandato Constitucional establecido en la Reforma de Telecomunicaciones, sino, además, la necesidad de liberar la banda de 700 MHz para las transmisiones de la nueva cadena de televisión abierta.

MERCADOS MAL Y DE MALAS

Los mejores datos en el mercado inmobiliario de Estados Unidos, con un crecimiento de 3.2% en ventas de casas usadas, generó un nuevo fortalecimiento del dólar ante la, cada vez más cercana, posibilidad de que en septiembre próximo, la Reserva Federal de EU (Fed) inicie el alza en las  tasas de interés.

El dólar cerró en 16.12 pesos en el mercado interbancario y en 16.44 pesos en el mercado a menudeo. Y también fue un mal día para el mercado accionario porque el IPC de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) bajó 1.61 por ciento.

La mala noticia es que seguirá la volatilidad de los mercados y el fortalecimiento del dólar ante los mejores datos de la economía de Estados Unidos. En el caso del peso, además de que es una de las ocho divisas más cotizadas en los mercados internacionales, o de mayor liquidez, influye en forma negativa la ausencia de buenas noticias en el ámbito económico, así como la baja en los precios del crudo ante el acuerdo nuclear con Irán y el levantamiento de las sanciones económicas.

La mezcla mexicana cerró ayer, nuevamente, a la baja, en 48.61 dólares por barril (dpb), lo que aumenta las presiones para el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien el 8 de septiembre entregará al Congreso el paquete económico de 2016, con un panorama por demás adverso, tanto en el mercado petrolero, como en el financiero ante la inminente alza en las tasas de interés.

¿NUEVAS MEDIDAS DE LA COMISIÓN DE CAMBIOS?

En cuanto al comportamiento del tipo de cambio, la gran interrogante es si el dólar, en el corto plazo, llegará a 17 pesos en el mercado interbancario. Un análisis de Banco Base no descarta la posibilidad, porque las divisas de todos los países productores de petróleo están entre las más castigadas por los inversionistas, por lo que tampoco desecha una fuga de capitales en México, incluso, antes de que la Fed suba las tasas de interés.

Lo que también se especula como inminente es que la Comisión de Cambios, en la que participan la Secretaría de Hacienda y el Banco de México, anuncien nuevas medidas para enfrentar la volatilidad de los mercados y la devaluación del tipo de cambio, ya que es evidente que la subasta diaria de 52 millones de dólares ha sido insuficiente para apuntalar al peso.

El gran riesgo para Banxico es que la devaluación del peso comience a reflejarse en una mayor inflación, lo que, hasta el momento, no ha ocurrido porque se mantiene debajo de tres por ciento anual.