David Páramo

Análisis superior

David Páramo

27 Jul, 2015

Mayor competencia

Tal vez porque puede parecer mucho más atractivo para ciertos sectores alimentar episodios histéricos sobre los potenciales riesgos en la economía que, según parece, sólo existen en su imaginación y paupérrima capacidad de análisis, se están perdiendo hechos puntuales que tienen que ver con el mejoramiento de las condiciones de vida de la población.

Parecería que lo políticamente correcto es politizar las acciones del gobierno y creer que si se ven hechos positivos en la economía se trata de una defensa de la administración actual; sin embargo, es una muestra de lo rupestres que pueden llegar a ser algunos análisis.

No existen políticas económicas de izquierda, derecha, ortodoxas, austeras, neoliberales, populistas o cualquier otra etiqueta que se le ocurra. En economía sólo existen dos tipos de políticas: Correctas e incorrectas. Por ejemplo, las dizque propuestas económicas de Gustavo Madero son tan incorrectas como las de Andrés Manuel López Obrador.

En esta columna no haremos una larga escala en destacar que durante los últimos 20 años se han tomado medidas económicas correctas que han ido construyendo una base muy sólida para el crecimiento del país que lo han hecho sumamente resistente a los choques internacionales, como las crisis de 2008-2009, la caída en el precio del petróleo o la actual turbulencia económica ante la normalización de la política monetaria en Estados Unidos.

Adicionalmente, ha permitido que los resultados comiencen a llegar a los bolsillos de las personas. No sólo está creciendo el empleo a las tasas más elevadas desde que se tiene memoria histórica sino que se está dando recuperación en los niveles salariales tanto en los mínimos como en los contractuales, lo que impulsa motores internos como el consumo.

COMPETENCIA

En la actualidad el país está viendo los beneficios de una mayor competencia en cada vez más sectores de la economía. La mínima inflación desde que se tiene registro tiene entre sus pilares la mayor competencia en el sector de las telecomunicaciones, que ha liberado más de 20 mil millones de pesos en poder de compra de los consumidores.

En el sector financiero los beneficios están llegando de una manera impactante. En los últimos cinco o seis años las tasas por los financiamientos se han desplomado, mientras que ha crecido el crédito de una manera verdaderamente sana sin generar presiones indebidas en la cartera vencida.

¿Recuerda cuál era la tasa de interés que pagaba en su tarjeta de crédito hace cinco años comparada con la actual?

En el sector hipotecario estamos viendo las tasas más bajas de las que se tenga registro histórico en medio de una competencia feroz entre los bancos por atraer no sólo clientes nuevos sino a los de otras instituciones financieras.

Hace cinco años el promedio de las tasas hipotecarias en el país se ubicaba en 15% y actualmente se encuentra en 10%, es decir, una baja de un tercio en un lustro.

La subrogación de créditos, una parte de la Reforma Financiera impulsada por los propios bancos, está generando un increíble círculo virtuoso a favor de los clientes.

Si alguien tiene un crédito de 720 mil pesos a una tasa de 13 o 14% y lo cambia a un banco que puede estar entre el 9 y 10%, eso le implica un ahorro que puede superar los 90 mil pesos.

En las corridas que hacen los bancos a sus clientes demuestran que el ahorro puede alcanzar para pagar todos los gastos fijos de una vivienda como predial, impuestos, agua, luz y servicios de comunicación. También para comprar una vivienda de mayor precio.

Hay bancos, destacadamente HSBC (Luis Peña fue quizá el más grande impulsor del acuerdo de subrogación firmado por los bancos la semana pasada), son sumamente agresivos en atraer clientes por la subrogación ofreciendo una tasa inferior a nueve por ciento.

Eso ha generado que los bancos que tienen una posición dominante en las hipotecas como Bancomer, encabezado por Luis Robles Miaja, utilicen una estrategia defensiva que consiste en mejorar las tasas que hoy cobran a sus clientes con la intención de retenerlos.

El beneficio neto de una mayor competencia se está registrando en los bolsillos de los consumidores y no podría darse si no hubiera una base de estabilidad financiera que, sin duda, es fruto de las políticas económicas correctas.

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