SCT, pendientes por entregar cinco millones de televisores digitales

Al presentar un reporte sobre los avances en el programa de Televisión digital Terrestre, TDT, la subsecretaria de Comunicaciones de la SCT, Mónica Aspe Bernal, reconoció que a la fecha se han entregado ya 4.3 millones de televisores digitales en 730 municipios en 25 entidades del país.

La meta, dijo la funcionaria, es terminar de entregar diez millones de televisores a 90% del padrón de beneficiados de Sedesol en todo el país. Todo ello tendrá que ocurrir, a más tardar, el 15 de noviembre para que el 31 de diciembre, el Instituto Federal de Telecomunicaciones apruebe realizar el apagón de la señala analógica a nivel nacional.

Aspe, quien estuvo acompañada del oficial mayor, Rodrigo Ramírez Reyes; y Javier Lizárraga Galindo, cordinador de la Sociedad de la Información y el Conocimiento, aseguró que, a partir de agosto, inicia una nueva etapa en la que se redoblarán esfuerzos en la entrega de los televisores para pasar, de un promedio de 60 mil al día, a 80 mil diario, lo que implicará extender los horarios de atención a los beneficiarios de Sedesol y agilizar los trámites para la entrega más rápida.

No será una tarea fácil no sólo porque faltan por entregar 1.5 millones de los 5.8 millones que, según informó ayer Ramírez Reyes, ya se adquirieron y falta todavía comprar 3.6 millones adicionales y que, según informó, se “licitarán en breve”. 

Si por “breve” entendemos dos semanas, en el mejor de los casos, 3.6 millones de televisores adicionales se comenzarían a entregar a fines de agosto o principios de septiembre. Y la única forma de cumplir con la fecha del apagón analógico nacional establecido en la Constitución será que, efectivamente, la SCT entregue 80 mil televisores diarios, incluyendo fines de semana.

¿ESTARÁN LISTAS LAS TELEVISORAS?

También el IFT tendrá que trabajar a marchas forzadas para lograr que el apagón analógico se realice el próximo 31 de diciembre, y no sólo porque tendría muy poco tiempo para revisar los reportes que entregue la SCT, sino porque otra duda es si las televisoras estarán listas para transmitir señal digital en todo el país.

En las grandes ciudades, tanto Televisa como TV Azteca ya transmiten en señal digital pero el problema es la cobertura en todo el país, y existen dudas de si se logrará terminar a tiempo, sobre por parte de las empresas estatales que son las que muestran hoy el mayor rezago.

BUENA JORNADA PARA LOS MERCADOS

El alicaído peso registró ayer una bocanada de oxígeno y afrontó una ligera apreciación de ocho centavos en el mercado al menudeo, al cerrar en 16.56 pesos frente al dólar y 16.24 en el interbancario. El dólar retrocedió frente a las principales divisas, ayer, tras la reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en la que, como se anticipaba, dejó sin cambios las tasas y fincó la incertidumbre de si el alza iniciará, o no, en septiembre. El comunicado de política monetaria de la Fed señala que se mantiene a la expectativa de la evolución de la economía y el fortalecimiento del mercado laboral. En cuanto a la BMV, cerró también al alza con un incremento de 0.56%, pero no hay que cantar victoria porque, mañana, se publicará el dato del PIB de Estados Unidos al cierre del primer semestre y si es mayor a lo que anticipa el mercado, que es de 2.5% volverá a fortalecerse el dólar.

MEZCLA MEXICANA EN 2016, DEBAJO DE 50 DÓLARES POR BARRIL

Los precios del crudo también subieron ayer, después de que se difundió que los inventarios de Estados Unidos se contrajeron en 4.2 millones de barriles, por lo que el WTI cerró en 48.8 dpb, con un incremento de 1.7%, y también subió la mezcla mexicana, que cerró en 47.13 dólares por barril.

Tampoco en el mercado petrolero se puede cantar victoria porque falta aún que se levanten las restricciones totales a las exportaciones de crudo iraní, lo que se presionará los precios a la baja. Aunque en los precriterios económicos la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se consideró para la mezcla mexicana un precio de 55 dólares, ajustándose a la baja, lo que implicará un mayor ajuste en el gasto público de 2016, debido a la caída en los precios y a las adversas condiciones del mercado.