El trabajo en un mundo globalizado

Cuenta la historia que el magnate Henry Ford II y el líder sindical de los trabajadores de su empresa visitaban una moderna planta automotriz, y Ford le pregunto al líder ¿cómo le vas a hacer para cobrar tus cuotas sindicales a estas máquinas en un futuro?, a lo que éste respondió: “¿Henry, y tú a quiénes le piensas vender tus coches?” Esta anécdota ocurrió hace 50 años, pero es más vigente que nunca.

La revista The Atlantic de este mes habla del mundo del empleo y sus retos, como son la automatización de las fábricas con la consecuente disminución de los empleos sindicalizados y su poder político en todas partes, las maravillas de la informática y la creciente tendencia mundial a empleos en el área de servicios, a menores salarios que los trabajos especializados. Yo lo he comprobado en cientos de conferencias y de seminarios, ya que los asistentes, casi todos empresarios y sus familias, ya trabajan preponderantemente en las áreas de servicios, comercio y otras profesiones.

La pregunta es válida: si hay menos empleos, en general, y éstos van a ir disminuyendo los salarios de la gente, ¿quién va a consumir los productos y servicios como coches y computadoras; quién va a hacer turismo internacional; quién va a estudiar profesiones que no tienen tanto mercado y demanda laboral, etcétera?

Carezco de una respuesta clara, excepto que en el artículo se mencionan a los emprendedores por necesidad, que al no encontrar empleo buscan a fuerza sobrevivir de cualquier forma, usando su ingenio y aunque sean microempresas muy vulnerables, una minoría de ellas pueden llegar a crecer y dar mejores empleos. Repito, el panorama no es muy optimista, amén de que el sector público está reduciendo su tamaño y los sindicatos de antaño pierden su influencia, aunque existen otros que, lamentablemente, padecen ciertos estados pobres de nuestro país y que pelean sus prebendas sin dar a cambio un servicio de educación de calidad a nuestros niños y jóvenes, perpetuando así un circulo vicioso muy peligroso para esas regiones.

Sabemos que están floreciendo nuevas profesiones y oficios, como los diseñadores de apps y programas de software, así como nuevas necesidades que no están siendo satisfechas. Pero, por otro lado, ¿la tecnología actual, con impresoras en tercera dimensión que, seguramente, van a revolucionar la manufactura, no van a crear un problema de desempleo en otras industrias?

No soy economista para predecir los desastres y luego explicarnos por qué no se presentaron, pero sí creo que los cambios turbulentos que padecemos nos hacen prever una sociedad muy distinta a las pasadas.Tenemos una situación de inestabilidad económica y social muy especial y no estamos preparados como países.

Emprender, si se tiene el deseo (o la necesidad), es un camino más para superar este futuro, pero hay que ver alternativas y políticas públicas innovadoras.

El martes 18 de agosto voy a impartir el seminario Las reglas del juego en las empresas familiares. Informes e inscripciones al (55) 52948407, 52948633 o a irma.direccion@hotmail.com.