La solución, más ingresos y menos gastos

A nadie le gusta el anuncio de que es necesario aumentar y cobrar impuestos generalizados, pero llega a la más grande irritación cuando observa que el gobierno malgasta, dilapida y le mete la mano a los recursos públicos.

Y eso precisamente pasa en México: el país necesita recaudar más impuestos, requiere que todo mundo y no sólo los causantes cautivos paguen impuestos, pero frente a esa necesidad hay un enorme desperdicio de recursos públicos; hay grupos que se benefician de sacarle dinero al gobierno y funcionarios públicos en todos los órdenes de gobierno que se vuelven ricos de la noche a la mañana porque los pusieron donde hay.

Por eso, México necesita una profunda Reforma Fiscal. Y con esto, se entiende, por un lado, revisar el gasto público y, por otro, la revisión de los ingresos que el gobierno necesita.

Hoy por hoy el país recauda pocos impuestos. Apenas 10.5 por ciento del Producto Interno Bruto, cuando debiera ingresar cuando menos 18 por ciento. La única forma de hacerlo es evitar que millones de mexicanos sigan sin pagar impuestos y por ello, un IVA generalizado es el mejor camino para lograrlo.

Por el lado de los gastos, la filosofía facilota del populismo dice que reducir diputados y senadores, bajar salarios, eliminar gastos en telefonía, automóviles, gasolinas, pasajes de avión, el problema se resuelve y no se necesitarían más impuestos.

Todo eso es indispensable, pero no sería suficiente.

Aún si a todos los burócratas se les deja de pagar, no alcanza.

Aún si la Cámara de Diputados y Senadores se reducen a la mitad, no es suficiente.

Es indispensable hacer esfuerzos importantes en materia de gasto: de que se gaste en lo que se necesita; que el gasto tenga un beneficio claro; que no se tire dinero en tonterías; que se les mochen las uñas a las ratas de que están infestados todos los gobiernos.

También, es indispensable que el gobierno revise los subsidios. Muchos mexicanos, muchas organizaciones, viven de recibir dádivas del gobierno. Desde despensas hasta materiales de construcción y hasta apoyos para “proyectos productivos”.

El gobierno debe crear un ambiente en el que personas y empresas se desarrollen y progresen, pero no es su obligación satisfacer todas las necesidades de una persona o una empresa.

En el lado de los ingresos hay que hacer una revolución. Habría que hacer cálculos sobre un sistema tributario más simple de cumplimiento.

Por ejemplo, con un IVA de 20 por ciento y un ISR de 20 por ciento y que incluya una canasta exenta de bienes básicos y con tasas sobre la renta mayores para determinados ingresos.

México necesita rehacer completo su sistema fiscal, entendido como los gastos y los ingresos del gobierno.

Y la sociedad necesita darse cuenta de que no hay nada gratis. Cuando el gobierno otorga algo gratis a una persona o un grupo, no se trata de dinero del gobierno, sino de recursos de todos los ciudadanos.

Ya basta de un sistema donde muchos grupos se dedican a cobrar rentas del dinero público y unos pocos, a pagar los impuestos para que haya de donde se les dé a los muchos gorrones de que está lleno el país.

Hasta el lunes con nuevas Perspectivas.