Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

20 Ago, 2015

¿Preferiría usted candidatos que supieren economía? ¿En serio?

Las dificultades enfrentadas durante los dos años y casi nueve meses de este gobierno las cuales, por más que se nos diga que sus causas son externas y que en aquéllas, nada o casi nada tienen que ver nuestras debilidades y obstáculos estructurales, se deben, esencialmente, a causas internas.

Dicho de otra manera, las causas reales del desastre actual, son muy diferentes de las que los interesados y sus defensores oficiales y oficiosos propalan. Es infantil y tramposo, pensar que en lo que se refiere a las crisis económicas y políticas, las causas internas son irrelevantes cuando, para cualquier observador objetivo, son ellas las determinantes.

En nuestro caso, además de los factores estructurales y la visión caduca en materia económica de buena parte de los integrantes de nuestra clase política y también, de la que mantienen no pocos de los integrantes de eso que se ha dado en llamar intelectualidad, que en no pocos casos es más aceda y caduca que la de aquellos políticos, habría que agregar la ya imposible de ocultar incapacidad de los responsables de entender las causas de las dificultades económicas, y su incapacidad para diseñar políticas públicas que vengan a enfrentar el estancamiento económico.

Este último elemento, la incapacidad e inexperiencia de los responsables de las áreas económicas en este gobierno, debe llevarnos a preguntar si los candidatos a éste o aquel puesto de elección popular, deberían saber de economía y finanzas públicas. También, obligado complemento de sus conocimientos, sería contar con experiencia probada, y logros demostrables en las posiciones que hubieran ocupado.

Si los partidos procedieren así en la selección de sus candidatos, el ganador escogería a colaboradores profesionales y de capacidad probada, que satisficieren los mismos requisitos o aún más, que los que aquél debió satisfacer para ser designado candidato.

Por otra parte, ¿cómo reaccionaría usted ante esos candidatos? ¿Votaría por el que le dijere crudamente lo que haría, de ser el triunfador? ¿Aceptaría usted a un candidato que se comprometiere, por ejemplo, a universalizar el IVA a una tasa de 20%, con una canasta de bienes y servicios básicos a una tasa menor?

¿Votaría por un candidato que estableciere el compromiso de eliminar esa aberración que representa, la cuota de 25 centavos en la UNAM? ¿Qué diría usted de un candidato que le planteare la elevación de cuotas en las universidades públicas, y la creación de un sistema de becas-crédito para los alumnos que hubieren aprobado un riguroso examen de admisión, y su familia careciere de los recursos económicos necesarios para apoyarlo en sus estudios?

¿Votaría usted por alguno cuyas propuestas, debidamente fundadas en las experiencias exitosas de decenas de países, enfrentarían efectivamente las causas del desastre actual? ¿Qué le diría usted a un candidato que le demostrare, durante la campaña, que ésas y muchas otras medidas si enfrentarían las causas de nuestros problemas ancestrales?

¿Votaría por él, convencido de los sacrificios que habría que hacer para sacar adelante al país, y sentar las bases de un mejor futuro? (¿Seguimos el martes?).

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