Víctor Beltri

Víctor Beltri

20 Ago, 2015

Formando a los políticos de mañana

En días pasados, la Universidad Panamericana-IPADE anunció la creación de su Escuela de Gobierno y Políticas Públicas. Hay que decirlo sin más preámbulo: es una extraordinaria noticia.

La UP es una institución que, desde sus orígenes, se ha preocupado no sólo por preparar profesionales sino por formarlos: todas las carreras tienen un fuerte contenido humanista, en un marco de respeto absoluto a la libertad del individuo. En el ámbito empresarial, el IPADE es una referencia obligada cuando se trata de análisis profundo y capacidad de ejecución, respaldada por casi cincuenta años de formar profesionales en la alta dirección de empresas.

El IPADE fue fundado en 1967 por iniciativa de Carlos Llano Cifuentes, quien supo percatarse de la necesidad de formar al empresariado mexicano, basándose en cuatro principios fundamentales: el perfeccionamiento directivo, la visión global de los negocios, la ética en la toma de decisiones organizacionales y la responsabilidad social. Tuvo, sobre todo, el gran acierto de centrar la función directiva en el ser humano y tomarlo como punto de partida: el encuentro del filósofo con la empresa cambió sin duda la forma de hacer negocios en México y plantó la semilla de un árbol que hoy continúa dando frutos.

Por eso es importante la creación de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas, sobre todo en un momento como el que estamos viviendo. Ser político es sinónimo de ser corrupto, cuando debería serlo de servicio público: la desconfianza en los individuos ha terminado por minar la credibilidad en las instituciones. Ser político es sinónimo de ser hablador, cuando debería serlo de ejecución irreprochable: las promesas de campaña se olvidan en cuanto se publican los resultados preliminares. Ser político es sinónimo de ser un sinvergüenza, cuando debería serlo de hombres –y mujeres- comprometidos con su comunidad.

México no puede seguir así. Es necesario volver a creer en la política como un servicio y no como patente de corso. Nuestros políticos están más interesados en obtener poder y recursos que en realizar su trabajo de forma correcta: no hace falta voltear más lejos para entender la carencia de estado de Derecho en nuestra sociedad. No es cuestión de ideología o colores partidarios: la tentación del poder ilimitado hace presa fácil de quien no cuenta con una escala de valores que le permita entender la dimensión real de sus actos.

Sobra decir la repercusión de un programa que eduque a los políticos del mañana basado en los principios planteados por Llano: perfeccionamiento directivo, que llevará no sólo a la gestión profesional sino al liderazgo real en cada bancada; visión global, que abrirá las puertas del diálogo entre contrarios; ética en la toma de decisiones, que nos permitirá elegir a quienes realmente están dispuestos a hacer lo correcto y, evidentemente, responsabilidad social, sin la cual el actuar del político pierde todo sentido. En unos cuantos años, la Universidad Panamericana podría lograr que la política se centre en el ser humano, tal y como lo ha logrado con la empresa: los frutos de aquel árbol se están convirtiendo en semillas de bosque frondoso.

Innovar es hacer las cosas de una manera, que pueda traducirse en beneficios concretos. Pocos ejemplos tan claros, importantes, y ambiciosos de innovación social como el que está emprendiendo la UP-IPADE, justo en el momento en que el país lo requiere. Enhorabuena al rector Lozano, al doctor de la Borbolla, por supuesto a Rafael Gómez Nava y a toda la comunidad panamericana.

Lo invito a continuar la conversación a través de Twitter, o de mi correo electrónico, donde responderé con gusto a sus preguntas. Innovemos juntos.
 

                *vbeltri@duxdiligens.com

                Twitter: @vbeltri

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