Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

22 Ago, 2015

Regresando a reflexionar sobre México

Después de un par de semanas donde presenté datos e impresiones sobre dos países de Europa del Este, hoy me voy a concentrar en datos sobre la evolución económica de nuestro país. Desafortunadamente, mi percepción de la coyuntura es menos favorable de lo que escribía las semanas pasadas. Me concentraré en tres temas: crecimiento económico, tipo de cambio y aplicación de la ley.

El dato de crecimiento económico, que se difundió el pasado jueves, muestra un comportamiento favorable de la economía en cuanto a que sí hay crecimiento, pero no se observan tasas significativamente mayores. Es decir, la evolución de la economía está en la línea de tendencia que ha tenido la última década.

Estamos a punto de llegar a la mitad de la administración. La realidad es que no se ha detonado el mayor crecimiento que se prometió. Esta situación nos pone en un escenario en el que la evaluación de la gestión puede ser mala por un tema de expectativas no cumplidas. Las tasas son 0.5% con respecto al trimestre anterior; 2.2%, respecto al segundo trimestre de 2014, y de 2.4%, con respecto al primer semestre de 2014. Los datos indican que el crecimiento del año estará por estos niveles.

El peor sector es el de actividades secundarias, donde el mal desempeño de la minería merma la buena dinámica de las manufacturas y la construcción.

Es relevante comentar sobre la heterogeneidad en la evolución a nivel de los sectores. Es decir, tenemos algunos muy dinámicos y también tenemos nuestros lastres, siendo el principal el de minería petrolera.

Pasando al tipo de cambio, la evolución no está siendo nada favorable con casi todos los últimos días llegando a niveles récord. No se ve que la tendencia esté cambiando.

Creo que lo importante es tratar de entender los impactos que puede llegar a tener si este proceso de devaluación continua y si los niveles actuales se vuelven permanentes.

Aunque hay un argumento, que parece muy limitado, al decir que una situación así no es mala, ya que beneficia a sectores como el turismo y el exportador, creo que sí pueden darse efectos adversos importantes.

Uno es el impacto en la percepción de la gente. El tipo de cambio muchos lo entienden como una variable que mide la fortaleza de la economía. El dólar a 17 les puede reforzar la percepción de debilidad en el desempeño de nuestra economía. Otro impacto es que se transforme el mayor tipo de cambio en mayor inflación. Por ejemplo, una variable que ha sido importante para bajar la inflación es el precio de los servicios de telecomunicaciones. Si bien, el precio de los minutos se puede mantener, pero los precios de los teléfonos celulares cambiarán.

Pasando al tema de la aplicación de la ley, lo voy a relacionar con que el día de ayer la SFP dio su informe de la investigación de conflicto de intereses, concluyendo que no hay materia. La reacción que se observará en los próximos días por parte de los analistas en sus publicaciones y de la población en general en los memes estará cargada a mostrar que el citado reporte es un reflejo más del débil Estado de derecho que hay en México. 

En resumen, los datos duros no muestran evidencia de un buen desempeño de la economía y cuando se ve en conjunto con el anuncio que dio la SFP se están generando las condiciones para una visión pesimista de México que nos lleva a una mala dinámica. Este contexto no me gusta.

*Director General del FUNDEF

guillermozamarripa@itam.mx

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube