Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

24 Ago, 2015

Morisset y el reto de entender a los viajeros de alto gasto

Si México no ha sido capaz de entender a cabalidad el mercado de los viajeros de lujo, Denis Morisset, académico de la Escuela Superior de Ciencias Económicas y Comerciales de Francia, aportó algunas ideas para mostrar las dimensiones de ese reto.

Francisco Madrid, director de la Facultad de Turismo de la Universidad Anáhuac, organizó el viernes pasado un encuentro entre un grupo de empresarios y ejecutivos turísticos con este experto, que también fue director general de Ralph Laurent y Giorgio Armani.

Entre los asistentes estuvieron Pablo Azcárraga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET); Braulio Arsuaga, director general de Presidente Intercontinental y Dominique Vanden Broeck, director general de Quinta Real. Rafael Micha, fundador de Grupo Habita; Rubén Reachi, director general de la OVC de Los Cabos, y Patricia de la Peña, empresaria hotelera y presidenta de Amdetur.

Madrid dijo que en el mundo, 3% de la población realiza 20% de los viajes totales mientras que en México 3% de sus habitantes representa 47% del consumo turístico y es allí donde se concentra el segmento de alto gasto. Morisset destacó la importancia de identificar los sueños de viaje en este segmento, en función de las generaciones a las que pertenecen.

Los sueños de los millennials, por ejemplo, son diferentes a los sueños de los baby boomers como también los son a los que tienen los jóvenes de las generaciones “Y” o “Z”.

Esto que parece tan evidente, incluso es un tema de investigación permanente para las marcas hoteleras que nacieron orientadas al mercado de lujo y que han dejado de satisfacer a las nuevas generaciones.

Si por decir algo, Ritz-Carlton fue una de las marcas hoteleras más consolidadas de este segmento, en la actualidad tiene que hacer esfuerzos para ofrecer lo que necesitan los hijos o nietos de sus clientes originales.

En ese sentido planteó que México debe tener claridad sobre aquello que lo vuelve único como destino, algo a lo que llamó el DNA del país.

Las marcas de lujo son únicas, poseen factores fuertes como motivo de sueño y están muy bien posicionadas; mientras que las marcas premium son diferentes, pues son alternativas, aspiracionales y asequibles, lo que también implica que ofrezcan el valor más alto por el dinero de un viajero.

Morisset trabaja y ha hecho investigación en el mercado de China, un gigante que hoy está viendo frenadas sus hasta hace poco aparentemente imparables tasas de crecimiento. Desde su perspectiva se trata de una situación que cambiará pronto, así es que invitó a los empresarios presentes a ver con más atención a los viajeros del segmento de lujo de ese país que hoy gastan montos crecientes de dinero.

Y hay mucho que aprender sobre esos turistas, como quedó claro con una anécdota que contó Arsuaga sobre cómo la suite en el Presidente Intercontinental de Polanco, que había alojado al mandatario estadunidense Barack Obama, fue transformada por un dignatario chino cuyo equipo optó, para decir algo, por cortinas de color rojo.

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