Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

24 Ago, 2015

El presupuesto 2016, la clave del futuro

La Secretaría de Hacienda tiene visión en cámara rápida. Por eso es la única que no ve que la economía apenas si se mueve con crecimientos de 0.4 y 0.5% en los primeros dos trimestres del año.

A estas alturas del sexenio, ya es claro que el crecimiento económico en estos seis años será el más bajo desde el sexenio de Miguel de la Madrid.

Es decir, ni más ni menos que el menor crecimiento en los últimos 24 años.

La promesa básica de Enrique Peña Nieto de crecer a 5% promedio anual se la tiró por la borda su secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien no ha sabido ejercer el gasto público, introdujo una Reforma Tributaria errónea y confió en que todo mejoraría con las reformas estructurales.

Es decir, el titular de Hacienda con más fracasos del último cuarto de siglo, con excepción de Jaime Serra Puche, que en 18 días produjo la última de las grandes crisis económica del país.

Ahora viene la prueba básica para saber cómo serán los últimos tres años del sexenio.

Por lo pronto, ya sabemos que con raquítico crecimiento. Falta por confirmarse si el equilibrio en las finanzas públicas será la prioridad, por encima de los procesos electorales, o si el sexenio terminará con el endeudamiento a tambor batiente y huyendo del equilibrio presupuestal.

Y todo eso se sabrá en el paquete económico que Hacienda entregará el 8 de septiembre a los diputados de la LXIII Legislatura, en el cual el PRI tendrá los suficientes votos para hacer lo que quiera, excepto reformas constitucionales. El problema que debe resolver el paquete económico para 2016 es muy claro: debido a la caída en los precios del petróleo, el país no tiene suficientes ingresos para sostener un presupuesto de 4.1 billones de pesos como el que se ejerció este año.

Habrá que hacer un recorte presupuestal mayor a los 135 mil millones de pesos que ha dicho Hacienda. El precio del petróleo ha sido menor y la producción ha seguido cayendo, más o menos un 9% respecto al año pasado.

De ahí el planteamiento de un Presupuesto Cero hecho por el secretario de Hacienda, para replantear todo el ejercicio del gasto, lo que significa cancelar programas no prioritarios o duplicados y reducir partidas que no son indispensables.

Si el ejercicio no se hace bien o termina, como muchos intentos similares hechos por el gobierno, en un gatopardismo que cambia las cosas para que todo siga igual, entonces la alternativa será dinamizar el crecimiento de la deuda y preparar el país para la reanudación de las crisis económicas de los años 70 y 80, que se produjeron por la incapacidad de los gobiernos de disciplinarse financieramente.

El presidente Peña Nieto acaba de reiterar la semana pasada su voluntad con el equilibrio de las finanzas públicas; falta ver si el titular de Hacienda le hace caso o lo engaña como con la Reforma Tributaria y con el dinamismo económico que nunca llegó.

Un presupuesto con recortes suficientes dará la certeza de que, aun sin crecimiento, el país podrá sortear sin grandes daños un ambiente económico internacional adverso en todos los sentidos. Y eso es lo que el país espera y debe hacerse. Ni más ni menos.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.

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