Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

26 Ago, 2015

Transformación del Tec

Me causó mucho entusiasmo una reunión que sostuve con Salvador Alva, presidente del Tecnológico de Monterrey, y con Juan Pablo Murra, vicepresidente de Planeación y Transformación de la institución. En dicho encuentro me transmitieron los componentes de su Plan Estratégico. Desde mi óptica, el plan implica gestionar una transformación de gran envergadura para el país.

Uno de los argumentos contundentes que articula Alva para justificar el Plan Estratégico 2020 es que: “En 2027, el 75% de las S&P 500 serán empresas que hoy no existen”, eso implica un reto, pero también una oportunidad que el Tec busca aprovechar. La idea es que se convierta en un lugar propicio para que se generen una o varias compañías como Uber, Airbnb, Facebook, etc.; con ello el país sería un lugar atractivo para el talento global, que ayude a transformar a la economía y que el gran diferenciador no sea el petróleo, la mano de obra barata o la valuación de la moneda, en cambio sí sea la capacidad de innovar, crear nuevos productos, generar nuevos modelos de negocio, conceptos, marcas y valor agregado a los productos y servicios. 

El plan puede tener un gran impacto para el país, pues implica un esfuerzo colectivo del Tec de Monterrey, una de las mayores instituciones universitarias  que hoy involucra a 95 mil alumnos, 9 mil 431 profesores y 31 campus repartidos en todo el territorio nacional lo que da una idea del alcance que puede lograr para incidir significativamente en México.

EL NUEVO MODELO

Es casi un lugar común señalar que la educación universitaria no ha cambiado con la celeridad que permita responder al mercado laboral y a la nueva realidad, trastocada por las tecnologías de la información. Hoy un estudiante que inicia la carrera universitaria corre el riesgo de aprender programas, plataformas y conocimientos específicos, que serán inútiles por obsoletos dado el ritmo vertiginoso de transformación. Se suma a un cambio de paradigma económico derivado de la automatización de procesos, que hará redundantes millones de empleos, que antes se pensaban invulnerables al poder del cómputo y la inteligencia artificial. El nuevo modelo universitario debe tomar en cuenta que el éxito en el mercado laboral dependerá de tener buenas herramientas autodidactas, capacidad de conectar información, trabajar de manera colectiva con horarios flexibles y ambientes desestructurados, en los que la movilidad sea la constante, además de una competencia intensa y global. Las nuevas realidades demandan a estudiantes formados con el objetivo de cultivar su talento no sólo para buscar acomodo en una organización sino para que el talento encuentre su expresión en el emprendimiento creativo e innovador.

SIETE INICIATIVAS

Para lograr el cambio, el Tecnológico de Monterrey ha articulado su Plan Estratégico 2020 con siete iniciativas que, en mi opinión, se pueden agrupar en tres capas: sencillas, difíciles y muy difíciles. Las sencillas: para cumplirlas se requiere cambiar parámetros operativos y dentro de las iniciativas está el captar al mejor talento y desarrollar un programa de becas, en el que sean las capacidades y no el dinero el determinante que permita atraer a las mentes más brillantes. La segunda es ampliar el campus Monterrey y vincularlo con la comunidad, así como fortalecer el sistema de la Ciudad de México. Ambas iniciativas requieren mucho dinero. Obtener y distribuir recursos es complicado, pero la consecución de ambas es menos abstracta que las demás. 

En la segunda categoría están las iniciativas difíciles. Una se refiere a la vinculación con egresados y captación de recursos, lo cual es complejo; y en cuanto a la vinculación se requiere desarrollar incentivos materiales, morales y de trascendencia. La otra iniciativa es la que busca detonar la investigación en áreas de gran impacto. Me parece difícil, porque uno de los objetivos más elusivos para una organización es articular la innovación con resultados concretos.  

Entre las iniciativas muy difíciles ubico la que se refiere al “Modelo Tec 21”, que implica programas muy flexibles y modulares, mediante los cuales el estudiante podrá elegir sus materias de acuerdo a sus intereses y no a un programa rígido previamente definido; también contempla un modelo más flexible de plataformas de aprendizaje y por lo tanto de horarios. Ello naturalmente implica una pesadilla organizacional y operativa, pero inevitable en el siglo XXI.

El reto más complicado de todos y que es la piedra angular para lograr el conjunto de los objetivos es que los profesores sean inspiradores. Es difícil concebir que se pueda institucionalizar la inspiración, pero vale la pena intentarlo.

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