David Páramo

Análisis superior

David Páramo

3 Sep, 2015

Cielos abiertos

Parecería que la aviación mexicana camina, irreversiblemente, hacia una política de cielos abiertos. No se trata de un asunto inminente, pero sí un camino que difícilmente cambiará. Los paradigmas son totalmente diferentes.

Ha cambiado la concepción de tener una visión de la economía en la cual se buscaba la protección de los sectores industriales, a una en la que se pone al consumidor en el centro de cualquier determinación.

Durante muchos años, a las empresas y a los trabajadores les funcionó el discurso de señalar, que si se abrían los cielos, el sector industrial sería borrado y que se perderían las fuentes de trabajo que hay en él.

Suponiendo, sin conceder, que fuera cierto que se perdieran absolutamente todos los puestos, necesariamente son menos que los pasajeros de las líneas aéreas y quienes no pueden usar ese medio de transporte por ineficiencias en la formación de precios que van en contra de los consumidores. Lo cierto es que habría trabajadores, especialmente de tierra, que podrían mantener su empleo.

Es un hecho que no importa el origen del capital o la bandera de los aviones sino el servicio que prestan en términos de calidad y precio. Los empresarios mexicanos de la aviación, con la gran cantidad de pretextos que suelen poner, en realidad sólo generan incentivos para desear que lleguen otras empresas.

Se ha dicho que las empresas extranjeras sólo dependan del mercado nacional y luego no muestran compromiso. No existe evidencia en el mundo donde la política de cielos abiertos haya generado estos resultados.

De hecho, las empresas, sin importar el origen de su capital, buscan rentabilidad y, sin lugar a dudas, la pueden encontrar en el sector de la aviación mexicano, donde las políticas de competencia son tan laxas que evitan que un cliente pueda hacer grandes diferencias en materia de precios entre una y otra empresa.

DEFENSA

Cómo podrían defenderse las líneas aéreas mexicanas. Han buscado la posibilidad, señaladamente Aeroméxico, de compartir capital accionario con líneas aéreas extranjeras como un modo de protegerse de la entrada, es decir, plantean quedarse en una forma de subsidiarias.

Lo que deberían estar analizando las líneas aéreas mexicanas es que los tiempos de altos precios y márgenes holgados han acabado. Que ahora se trata de empresas de transporte masivo que deben trabajar con muchas mayores eficiencias que deben ser transferidas a los consumidores.

Es, en este sentido, que deberían ingresar a una verdadera transformación que les lleve a estar en favor de los consumidores.

LO QUE SE DICE

Hay un refrán tan popular como corriente  según el cual “lo que se dice con la boca se sostiene con los...”

Y esto aplica lo mismo a los miembros de Acción Nacional que, mentirosamente, siguen insistiendo en que la economía está parada, cuando los primeros tres años de la administración de Enrique Peña Nieto son mejores que durante las administraciones de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón.

En el margen se trata de un acto políticamente suicida, puesto que gran parte del éxito económico de esta administración se debe a 20 años de políticas económicas correctas, en las cuales el PAN jugó un papel destacado, comenzando por el rescate del sistema financiero y hasta las reformas estructurales.

Y esto también aplica para los populistas líderes de la iniciativa privada Rodrigo Alpízar y Manuel Herrera, quienes decretaron una escalada inflacionaria a partir de septiembre porque, según ellos, los empresarios ya no aguantan más, cuando ayer mismo estuvieron aplaudiendo durante el Tercer Informe de Gobierno.

Vamos, ¿no estaba preocupado el presidente de la Concamin porque pensaba que el Presidente de la República rompería su palabra en materia fiscal? ¿Le aplaudió a Peña Nieto cuando lo desmintió durante el informe de ayer?

Y el reto se mantiene para los presidentes de la Canacintra y la Concamin. ¿De dónde sacan sus estimaciones económicas para asegurar que la inflación se saldrá de control? ¿Su fuente es el mediocre y equivocado economista Luis Foncerrada, quien no le atina a un solo pronóstico o los superchairos de las redes sociales?

Y esto también aplica para OHL, México y España, que prometió ser una empresa transparente y no informa cuáles fueron las implicaciones de la revisión que hizo sobre la calidad de la información que entrega al mercado de valores.

Es momento de que, quien afirma algo, lo sostenga con datos o, simple y sencillamente, reconozca que son mentirosos con cualquier intención.

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