Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

14 Sep, 2015

Enfermos de optimismo

La Secretaría de Hacienda está enferma de optimismo y una prueba más de esa capacidad de proyectar datos y cifras que no se cumplen es el programa económico 2016.

Prevé crecer entre 2.3 y 3.6% cuando lo más seguro es que en el mejor de los casos el crecimiento sea similar al de este año, algo así como entre 2.0 y 2.2 por ciento.

Prevé un precio promedio del petróleo de 50 dólares cuando se estima que seguirá la sobreoferta mundial del crudo y que los precios seguirán débiles.

Prevé que los ingresos tributarios llegarán a 12.6% del PIB sin hacer nada en ese rubro.

 Ya en este año hicieron una estimación similar y se quedaron casi dos puntos porcentuales abajo, que es lo más probable que ocurra el próximo año. Y, finalmente, no dan un solo paso para hacer frente a la bomba de tiempo que tenemos en materia de finanzas públicas, donde sólo hay de dos sopas: o se hacen recortes brutales al gasto, lo cual parece imposible, o se realizan reformas tributarias que paulatinamente permitan el aumento de los ingresos, donde a todos los gobiernos les tiemblan las corvas.

Cuando no se hace ninguna de las dos cosas, simplemente se patea el problema hacia adelante, en espera de que algo pase para solucionarlo.

Este gobierno, como lo han hecho  gobiernos del pasado, se niega a enfrentar el hecho de que el dinero que se tiene no alcanza para pagar el gasto que se realiza y es inevitable entonces que la deuda crezca paulatinamente.

Como las cosas van a seguir igual, allá por 2020, la deuda habrá llegado al 60% del PIB y no será manejable.

El problema a resolver es grave: México ha tenido ingresos promedio totales en los últimos seis años por algo así como 23% del PIB y se calcula que el año que entra no superarán 21.5%, debido esencialmente a que el petróleo, que antes daba 6% del PIB como ingreso, ahora apenas da 4.5%; los impuestos aportan 10.5%, aunque el optimismo hacendario dice que aportarán algo así como 12.5 por ciento.

Enfrente tenemos al gasto que en los últimos seis años ha promediado 25.5% del PIB.

Mantener las cosas así significa un déficit anual de dos puntos del PIB, lo que provoca que allá por el año 2020 la deuda llegue a significar el 60% del PIB.

Es decir, es insostenible y el problema grave es que no estamos haciendo lo suficiente para empezar hoy a resolver el problema y evitar que se agrave en el futuro.

El petróleo siempre había sido la salvación. Pero producimos menos y la producción sólo se recuperará, probablemente, hasta 2017; los precios se cayeron y no se espera que suban drásticamente al menos en una década.

Gastar menos parece imposible porque significaría que el gobierno dejará de hacer muchas de las cosas que ahora hace, muchas de ellas que no le corresponden. Pero ya se echó encima esa cara y deshacerse de ella parece imposible.

Y nadie quiere hacer Reforma Tributaria integral.

Hasta el próximo lunes con nuevas… PERSPECTIVAS.

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