Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

8 Oct, 2015

Cuatro años con poca agua en el Valle de Guadalupe

ENSENADA.­— El Valle de Guadalupe atraviesa por una situación complicada y no sería difícil que en el corto plazo comience una depuración, en donde ganarán los más fuertes.

El gran asunto es la falta de agua, pues ya son cuatro años en que las lluvias han sido escasas; tanto que en estos días no es extraño ver pipas recorriendo el Valle para regar los viñedos.

Algo insostenible en el largo plazo y que ya se está convirtiendo en un catalizador de esa característica de muchos vinos de la región, que es su mineralidad.

Claro que hay microclimas y que algunas propiedades logran resolver mejor este reto, pero, literalmente, hay pozos que se secaron y hoy más que nunca será importante que llueva en la próxima temporada invernal.

Pero, además, las autoridades hacendarias no han estado de acuerdo en quitarle la progresividad al impuesto al vino; así es que las etiquetas más costosas no tienen cómo reducir esos precios que a veces las sacan del mercado.

Si se cobrara un impuesto único a todos los vinos, ciertamente sufrirían los exportadores masivos, como las bodegas chilenas; pero también los productores grandes de México, como Domecq, Santo Tomás y LA Cetto. Además, al Valle llegaron muchos improvisados que han lanzado vinos poco interesantes, aunque con precios altos, basados en el nombre de la región.

Como también han abierto algunos hoteles boutique que cobran tarifas de 400 dólares la noche, por hoteles que tienen una enjuiciable relación precio-calidad.

Y restaurantes que, junto con otros muy buenos, quieren beneficiarse de los viajeros de poder adquisitivo alto.

Hoy en el Valle de Guadalupe, también es cierto que hay cada vez mejores restaurantes y propuestas enológicas estupendas, que hace cinco años no existían.

Así es que seguramente, a través de la generación de mejor información y del crecimiento de los proyectos más serios, este sitio logre dar un paso más hacia un proceso de madurez que no ha alcanzado.

DIVISADERO

Cruceros. Esta semana se lleva a cabo en Cozumel la reunión anual de la Asociación de Cruceros de Florida y el Caribe.

Hoy las relaciones con el gobierno mexicano y las navieras no tienen aspectos ríspidos, luego de que nunca prosperaron ideas como aquella de cargarle el Derecho de No Inmigrante a los cruceristas.

Así es que, según las cifras del Banco de México, hasta julio había un aumento de 8.1% en la entrada de cruceristas al país contra el mismo periodo del año anterior.

El hecho también es que los ingresos por este concepto apenas han crecido 0.92 por ciento.

Así es que, si en números absolutos en los primeros sietes meses del año llegaron 272 mil cruceristas más, para llegar a 3.6 millones, resulta que cada uno está gastando menos. De hecho, el gasto medio por crucerista bajó de 74 a 69 dólares, lo que significa que ni la devaluación del peso los ha animado a dejar una mayor derrama.

El reto, por supuesto, es para los destinos mexicanos de cruceros, que han sido ineficientes para generar nuevas opciones de compras a estos viajeros.

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