Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

9 Oct, 2015

Las nuevas razones de Estado para impulsar el turismo

Francisco Madrid, director de la Escuela de Turismo de la Universidad Anáhuac, recibió ayer la presea al Mérito Turístico del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET).

Reconocimiento a quien ha dedicado su vida profesional al turismo, primero como funcionario público y también como director para las “Américas” de la Organización Mundial de Turismo (OMT) y luego en la trinchera educativa.

Su discurso fue emocional y duro, con una descripción justa del México de la pobreza exrema, la inseguridad, la corrupción y la sobrerregulación, que incide en el crecimiento de la economía informal.

Con frases que en más de una ocasión provocaron que Enrique de la Madrid, titular de Turismo y principal representante del gobierno federal en el evento, moviera la cabeza.

Pero Francisco Madrid hizo además un esfuerzo por identificar las razones de Estado, que explican por qué es indispensable invertir más recursos públicos en el turismo y que se citan textuales a continuación:

“(...) En las nuevas razones de Estado figuran el combate a la pobreza y el impulso al crecimiento de la economía, y el turismo ha demostrado que tiene la capacidad para realizar aportaciones eficaces ante estos retos. Por tanto, deberíamos aprovechar las lecciones de la historia exitosa de Cancún, actualizarla sí, reinventarla sí, pero de ninguna manera ignorarla.

“Estas razones de Estado justifican dar al turismo un trato diferente. Estas razones de Estado urgen la reinvención del Fonatur como una agencia de desarrollo, pero para que juegue bien hay que darle fichas; el fortalecimiento de la Sectur como dependencia articuladora de la política pública del turismo; y un CPTM eficaz y eficiente. De la misma manera, deberían dar pie a la creación de una ley para la regulación de la promoción turística que evite que los gobiernos estatales tengan en el impuesto hotelero una caja chica y que veamos en ferias internacionales, decenas de funcionarios de los tres órdenes de gobierno, provenientes de inverosímiles lugares, viajando a costa del erario con cuestionables argumentos.

Estas razones de Estado deberían poner en la mente de quienes proponen y de quienes procesan la Ley de Zonas Económicas Especiales que el turismo podría ser el protagonista de una o varias de ellas. ¿Se imaginan el potencial de desarrollo que acarrearía construir veinte mil cuartos en Huatulco?

Por cierto, con este número no se llegaría al total previsto en el Plan Maestro original de 27,000 habitaciones.

Las razones de Estado deberían ser el aliciente para emprender una verdadera cruzada de desregulación del sector; así como para avanzar en la construcción de una integración con Norteamérica que trascienda lo comercial y que permita un flujo ágil de viajeros.

Dice Saramago que el caos es un orden por descifrar. Pienso, ya para finalizar, que en nuestro caso las claves para ello están en lo que nos recuerda Luis Rubio: hay dos salidas para los problemas del país… la técnica y la milagrosa: la técnica es, por supuesto, rezarle a la Virgen de Guadalupe… estaremos todos de acuerdo en que, por una vez, hay que impulsar la otra, la milagrosa: la de ponernos a trabajar, trabajemos por México”.

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