Más allá de la Semana

Emprender es una de las tareas más difíciles, pero también más esenciales para la creación de valor para una economía, por ello es que resulta loable el esfuerzo de la Semana del Emprendedor. No obstante, parece que el tema no es prioritario, ya que el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), que encabeza Enrique Jacob Rocha, recibirá un recorte presupuestal de 20% para el próximo año, ubicándose en siete mil 861 millones de pesos. Más allá del presupuesto, se trata del diseño institucional que tiene un país para generar, atraer e impulsar el talento emprendedor.

Un gran ejemplo lo ofrece el Reino Unido con el UK Trade & Investment, entidad creada en 1999 con la finalidad de impulsar las exportaciones británicas y atraer inversiones, es una suerte de ProMéxico en combinación con el Inadem y con la dimensión de la Secretaría de Economía, ya que su titular, Francis Maude, tiene su equivalente en Ildefonso Guajardo.

El UK Trade & Investment ha logrado atraer y promover a emprendedores mexicanos como Rafael Funes. A Rafael lo conocí hace 10 años con una empresa denominada Dynaware, que se dedicaba a desarrollar software para empresas y que, con el tiempo, evolucionó para convertirse en Lovis. Hace unos años lanzó un esfuerzo para expandirse desde España, pero ha tenido mucho mayor tracción desde que encontró UK Trade & Investment, que lo llevó a constituir la empresa desde Reino Unido y lo que cuenta es asombroso. Lovis Ltd se constituyó en ocho semanas desde que tuvo la primera reunión en la Ciudad de México con UK Trade & Investment, cuenta Rafael que todo lo hizo a través de internet y constituir la compañía le costó 5 libras esterlinas, mientras que la asesoría para hacerlo aún más ágil tuvo un costo de 300 libras esterlinas. Otro aspecto sorprendente es la estructura fiscal debida. Aunque el IVA es de 20%, el Impuesto Sobre la Renta para personas morales es de 20% y para personas físicas sube a 50%, pero el componente más relevante es que cuando se hacen patentes o se invierte en investigación y desarrollo se paga un impuesto corporativo de 10%. Con estas medidas, Reino Unido garantiza que tiene las condiciones para atraer las mejores ideas y para fomentar que se sigan generando. Otro aspecto que les da una gran ventaja a las empresas británico-mexicanas es el networking, que se hace a través de la oficina de promoción y el involucramiento del cuerpo diplomático, ya que el embajador Duncan Taylor es un vocero muy activo del UK Trade & Investment, como lo son los embajadores en todo el mundo. Además, me cuenta Rafael cómo es más fácil que le abran las puertas a una compañía Ltd, que a una S.A., y cómo hoy lo reciben en donde antes no lo hacían.

No es sorpresa que en el Doing Business, documento que realiza cada año el Banco Mundial, en donde clasifica a los países de acuerdo con su facilidad para hacer negocios, el Reino Unido se ubica en el octavo lugar a escala mundial, mientras que México se ubica en la posición 39, que no está mal pero que no corresponde con el lugar que debe ocupar una de las primeras economías a nivel global.

En el Doing Business 2015, México mejoró gracias a la Reforma Financiera o, al menos, así lo refleja el avance en los rubros de obtención de crédito, cumplimiento de contratos y resolución de insolvencia, lo que coincide con el Reporte de Competitividad del Foro Económico Mundial. Sin embargo, hay retos severos en materia de corrupción, así también se refleja en el Doing Business, en donde hay un desplome de once lugares en manejo de permisos de construcción o seis lugares en apertura de un negocio.

En esta columna he escrito de mi optimismo con respecto de la posibilidad de que México sea cuna de unicornios, empresas que generan gran valor a través de la innovación, con emprendedores como Carlos Gómez con Nebia, Carlos Anaya con Parkimóvil, Alberto Padilla y Blablacar y sus emprendimientos, y transformaciones, como la que encabeza Salvador Alva en el Tec, pero ayudaría bastante que desde el presupuesto y el diseño institucional se priorice a los emprendedores al mismo ritmo que se hace en los discursos.