Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

10 Oct, 2015

Factibilidad de las zonas económicas especiales

En el Informe de Gobierno se anunció como una solución al rezago económico en ciertas regiones del país que se crearían tres Zonas Económicas Especiales. Los últimos días de septiembre se mandó a la Cámara de Diputados la iniciativa. La interrogante es qué tanto impacto podrán tener.

Primero, en cuanto a la ubicación en los estados de Chiapas, Oaxaca, sur de Veracruz y la frontera entre Guerrero y Michoacán, hace sentido, ya que hoy son de las regiones menos desarrolladas del país.

En FUNDEF hicimos un estudio sobre la infraestructura bancaria y encontramos evidencia de que hay dos niveles distintos de infraestructura en México. El DF, Nuevo León y otros estados tienen en promedio infraestructura similar a la de países desarrollados y los estados mencionados en el párrafo anterior en esta dimensión se parecen más a países de África.

En un siguiente nivel, lo que encontramos es que a nivel municipal la infraestructura se concentra en aquellos mayores a 100 mil habitantes. Es decir, aun en los estados con menor infraestructura ésta se concentra en las ciudades.

Esta evidencia respalda que en México se mantiene la misma relación que en otros países de que la infraestructura bancaria sigue a la actividad económica.

Lo anterior respalda que la ubicación de la Zonas Especiales hace sentido. Pero qué se necesita para poder hacer que funcionen estas zonas. Hay varios elementos como lo es la infraestructura de transporte para poder mover lo que se produzca.

Otro elemento que se necesita  es que las regiones cuenten con mano de obra calificada. Respecto de este tema puede haber un primer cuestionamiento sobre si será local o vendrá de otras partes del estado o del país.

Si se va a promover que distintas industrias se establezcan en esos lugares, además de darles la infraestructura física y la mano de obra, se necesita de otras características para que fluya la inversión. Una es la buena aplicación de la ley y otra es controlar los niveles de inseguridad.

Una tercera es que se puedan transportar de manera eficiente insumos y productos, es decir, que no se vean afectados por cierres de carreteras, por mencionar un ejemplo.

Resumiendo, hay mucha inversión económica que hacer para lograr la operación efectiva de las Zonas Especiales, pero también hay otras cosas que hay que desarrollar y que implican un cambio importante en la manera en que se han manejado políticamente en esas regiones del país.

Si lo anterior no cambia y se dan señales de que a partir de ahora será diferente, difícilmente llegarán las inversiones y se dará la transformación en esas regiones.

El otro tema es qué va a cambiar dentro de las Zonas Especiales. Lo que sucederá es que llegarán empresas y habrá una parte de la economía local que tendrá una buena productividad. Pero el resto de la población que no pueda conseguir empleo en las nuevas industrias que se desarrollarán, no va a ser parte del cambio.

Esto implica que dentro de la comunidad se dará una separación entre los que tendrán empleo formal bien remunerado y los que no. Otro tema es que el impacto será regional dentro de los estados y todos los municipios que tienen menos de 5 mil habitantes seguirán igual.

Sí es una buena idea que puede ayudar a empezar a mover la economía en ciertas zonas de los estados menos desarrollados, pero que requiere de mucha inversión y de cambios de comportamiento. En resumen, se crearán, pero su impacto depende de la buena implementación. Hoy no se puede decir que serán un éxito.

*Director general del FUNDEF

guillermozamarripa@itam.mx

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