Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

12 Oct, 2015

La raquítica economía mundial

Los gobiernos del mundo tienen el mismo problema que el de México: no encuentran la forma de hacer crecer sus economías.

Los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el crecimiento mundial lo dicen con claridad.

Europa no puede crecer, Estados Unidos sólo tiene indicios de que las cosas van mejor, pero no son suficientes para subir su tasa de interés, China se desacelera, Japón cumple década y media en recesión, América Latina en su conjunto decrecerá 0.3 por ciento y sólo algunos países, entre ellos México, lograrán tasas positivas de crecimiento.

La crisis de 2008-2009 empujó a todos los gobiernos a adoptar políticas monetarias laxas o acomodaticias, que consisten en inyecciones masivas de dinero; es decir, como si se pusieran a imprimir billetes y a lanzarlos a la circulación y, al mismo tiempo, a bajar sus tasas de interés hasta niveles de cero, como lo hizo Estados Unidos o hasta 3.5 por ciento, como lo hizo México.

Sin embargo, el costo que ha tenido esa política monetaria, que fue eficiente para frenar la crisis, ha sido enorme: las finanzas públicas de la mayoría de las naciones están destrozadas; todos tienen déficit públicos enormes y en muchos de ellos las deudas públicas superan 100 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Es decir, las políticas fiscales, que son los ingresos y gastos de los países, están en profundo desequilibrio y todo parece indicar que, mientras eso no se arregle, será imposible revertir con rapidez las políticas monetarias, subir las tasas de interés y recoger el circulante que sobra en las economías.

Si en este momento actuaran los bancos centrales responsables de la política monetaria, y subieran las tasas de interés, el mundo se hundiría en una recesión global.

¿DÓNDE ESTÁN LAS SALIDAS?

Los gobiernos necesitan aceptar que el estado de bienestar que crearon, con subsidios a los sistemas de salud, esquemas de retiro a los 60 años y amplios apoyos a las actividades privadas, son insostenibles.

El estado de bienestar que se creó en muchos países ha mostrado que no es sostenible si no es con endeudamiento.

Casos como el de España, que aceptó el hecho y redujo subsidios, aumentó la edad de jubilación, disminuyó apoyos a lo privado con dinero público, deben ser una lección para todos.

Hoy, mientras Europa toda no puede crecer, España espera un crecimiento mayor a tres por ciento.

Y también es necesario que los gobiernos se den cuenta, incluyendo aquí al gobierno mexicano, que mientras no desregulen, las economías seguirán paradas.

Hoy por hoy, la mayoría de las economías mundiales han creado una gran telaraña de regulación que frena la iniciativa individual y encarece la realización de las actividades económicas.

Si el mundo quiere volver a crecer necesita resolver los desequilibrios de las finanzas públicas de muchos países y desregular para estimular la iniciativa privada como motor esencial del crecimiento económico.

México es un buen ejemplo de equilibrio en finanzas públicas y de equilibrio en los indicadores fundamentales de la economía.

Pero también es un buen ejemplo de una economía sobrerregulada, donde el gobierno, su burocracia y sus leyes y reglamentos de aplicación discrecional frenan el crecimiento económico.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.

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