David Páramo

Análisis superior

David Páramo

23 Oct, 2015

¿Quién responderá?

Hay una oleada tan irracional como inesperada por parte de los legisladores pidiendo que el apagón analógico sea pospuesto porque, según ellos, temen que 10 millones de personas se queden sin tener acceso a la televisión.

No sólo llama la atención que en un día se hayan puesto de acuerdo, sino que vayan en contra de lo que ellos mismos aprobaron en la mesa del Pacto Por México y en la Reforma a las Telecomunicaciones, sino también la irresponsabilidad hacia la seguridad jurídica y otras reformas estructurales.

Y están enloquecidos, verdaderamente. El senador Javier Lozano presentó una iniciativa sin pies ni cabeza que, entre otras cosas, pide que se regrese a la televisión analógica y algunas otras locuras.

Y piden una prórroga cuando, como señaló el presidente del IFT, lo que deberían hacer es cambiar ellos la Constitución en los términos que la aprobaron y dar una nueva fecha para el apagón.

Parece que a los legisladores se les ha olvidado lo sustancialmente importante. Se tiene que liberar la banda de 700 MHz para cumplir con otra meta constitucional y, así, enviar señales claras de seguridad jurídica.

Grupo Imagen Multimedia pagó 1,808 millones de pesos por el título de concesión de una cadena de televisión abierta digital (no podría transmitir señales analógicas) y anunció inversiones por 10 mil millones de pesos, considerando un plan de negocios que arrancaría operaciones el primero de enero del año próximo.

Si se llegara a prorrogar el apagón analógico, el modelo de negocios se vería afectado causando graves daños al patrimonio y salud financiera de la empresa. Y la pregunta es ¿quién dará la cara, quién responderá si acaso llega a realizarse este quebranto?

Piense más allá: ¿se imagina la inseguridad jurídica que se daría para otras licitaciones como las energéticas, si por un capricho o un mal cálculo político se rompe con la seguridad  jurídica como lo están intentando hacer con la televisión digital?

¿Y LA CRISIS?

Las medidas económicas correctas no tienen partido político, como tampoco lo tiene el populismo irresponsable. De hecho, en México llevamos 20 años consecutivos de buenas decisiones en materia económica, quizá no las más populares, pero, sin lugar a dudas, las que mejores resultados han traído para la población.

A pesar de la fuerte volatilidad que se registró en materia de tipo de cambio, especialmente durante agosto y los primeros días de septiembre, la realidad es que la economía mexicana se ha destacado por un excelente comportamiento avalado por datos duros, no por especulaciones que algunos vinculan con temas políticos.

El dato más relevante es el de la inflación, puesto que viene a demostrar que la solidez en las finanzas públicas y el tipo de cambio libre son correctos para proteger el patrimonio de los que menos tienen.

En lo que va de este año la inflación sólo ha crecido 1.1 por ciento.

Si se considera que los precios subieron 0.46% durante los primeros seis meses del año, se llega a un nuevo mínimo histórico en materia de inflación con 2.47%, por debajo del estimado por el consenso de los analistas. Gran parte del alza de precios en este mes se explica porque desaparece el subsidio eléctrico en la tarifa de verano.

Se trata del séptimo récord histórico en materia de inflación, ya que desde 1970, década en que comenzó a medirse, jamás se había registrado un indicador tan bajo. Antes de ese año, el banco central estimaba el crecimiento de los precios.

¿Dónde están los irresponsables que en el gobierno y la iniciativa privada hablaban de una escalada inflacionaria? Esos que buscaban generar, con éxito entre los desinformados, la imagen de que la economía atraviesa por una serie de problemas o que está fuera de control.

Ante la evidencia de la baja inflación y, por lo tanto, del éxito en la medida del tipo de cambio libre y las reformas estructurales que, por ejemplo, disminuyeron a cero el precio de la larga distancia nacional o las tarifas eléctricas y, por lo tanto, han contribuido a bajar la inflación, los criticones del gobierno hablan de una depresión en el consumo que sólo existe en sus cabezas.

El miércoles, el Inegi informó que los ingresos por ventas al menudeo crecieron 6.3% a tasa real anual, y tan sólo durante agosto el crecimiento fue de 1.5%, que no sólo fue el cuarto consecutivo, sino el mayor desde enero del año pasado, es decir, los comercios minoristas están vendiendo más de lo que hacían hace un año.

Los datos de ANTAD a septiembre muestran un aumento de 8% a tiendas iguales y un crecimiento de 11.8% en términos totales. Así que sería bueno preguntarle a legisladores, como Dolores Padierna, de dónde sacan que la inflación está contenida por el bajo consumo o artificialmente.

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