Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

31 Oct, 2015

¿Tenemos síntomas de depresión?

La semana pasada presente una serie de contrastes de opinión respecto de algunas acciones de la administración. Concluía que debemos tener una visión más equilibrada, quitarnos el sentimiento pesimista, reconocer los logros y tener claro lo que se necesita para seguir evolucionando. Hoy voy a argumentar sobre a dónde podemos llegar con esta conducta.

El foco de la sicología durante muchos años estuvo en lo negativo en cuanto a tratar de explicar y curar enfermedades. Hay un área relativamente nueva que se enfoca a lo positivo, es decir, trata de explicar qué hace que la gente sea feliz. La investigación que se ha hecho en la materia es muy extensa y hay muchos factores que influyen en qué hace que una persona sea feliz. Voy a elaborar sobre uno de estos factores, que me parece aplica a nuestra situación actual.

Las personas normalmente tienen cosas buenas y cosas malas en su vida. Por ejemplo, pueden tener salud, una familia bonita, tener su situación económica razonablemente resuelta, etcétera. En contraste, también pueden estar en una situación donde no consiguió el trabajo que quería, aunque le hubiera implicado menos tiempo con la familia o no pudo hacer un buen viaje en verano, etcétera.

El cómo enfrenta la persona esta situación tiene implicaciones muy fuertes en términos de su bienestar. Si se enfoca en lo que ha logrado encontrará muchas razones para estar feliz. Esto no quiere decir que la persona tenga un optimismo no real o que renuncie a trabajar por tratar de eliminar algunas de las áreas que no van bien en su vida. Por otra parte, si se enfoca en lo que le falta y no da valor a lo que tiene y a lo que ha logrado, vivirá insatisfecho. Este tipo de personas son algunas de las que luego caen en depresión.

Creo que como país estamos en una situación en la que tenemos cosas buenas y cosas malas. También es un hecho que en los últimos tres años se han logrado cosas buenas y han salido a la luz cosas malas.

Entre las cosas buenas podemos mencionar que México crece a una tasa positiva, que se ha logrado transformar en un país manufacturero, que la infraestructura del país ha mejorado los últimos 25 años, que hay un mejor desarrollo regional quitando peso a la capital, que se lograron la Reforma Energética y la Reforma de Telecomunicaciones, que hay la posibilidad de mejorar la educación básica, etcétera.

Entre las cosas malas podemos mencionar que México podría crecer a tasas mayores, que hay mucha corrupción, que hay inseguridad, que no se aplica bien la ley, que hay un grupo de estados con rezago importante, etcétera.

Ante esta situación tenemos como país la misma opción que una persona. Tenemos cosas buenas y cosas malas que debemos cambiar. De nosotros depende cómo nos vemos.

Un camino nos puede llevar a la evolución, en la que reconocemos las cosas buenas, estamos contentos de lo que se ha logrado y trabajemos en los muchos temas que necesitan mejorar como inseguridad, corrupción y aplicación de la ley.

El otro camino nos puede llevar a la depresión como sociedad, en la que no reconozcamos que tenemos cosas buenas y estemos lamentándonos de lo que nos falta.

Me preocupa, porque lo que percibo es a una mayoría que está optando por el segundo camino. Creo que esto no es bueno, ya que nos llevaría a ser una sociedad en depresión.

*Director General del FUNDEF

guillermozamarripa@itam.mx

 

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