Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

14 Nov, 2015

Seguridad

En el tema de seguridad hay tres realidades: la de los datos oficiales, la de los datos de la población y la que deriva de la comunicación social. A continuación vamos a tratar de racionalizar la lógica detrás de las tres realidades.

Empezaré con los datos de la población. La mejor referencia de este tipo de datos es la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2015 que hace el Inegi al año. Esta encuesta es a nivel nacional, se realiza en vivienda y tiene un tamaño muestra de 95 mil 561.

Los resultados son muy interesantes. La tasa de víctimas del delito por 100 mil habitantes se mantuvo sin cambio entre 2013 y 2014 (28 mil 224 víctimas vs. 28 mil 200). Cuando se analiza el número de delitos la situación es casi idéntica.

Dentro de los delitos específicos la encuesta muestra una mejora en el número de secuestros y de víctimas del secuestro.

El dato que más atrae mi atención es lo que llama el Inegi la “cifra negra”. Ésta es el número de delitos no denunciados o por los que no se llevó una averiguación previa (92.8% vs. 93.8 por ciento).

La implicación del dato anterior es que las cifras oficiales de delitos cometidos están muy por debajo de los reales.

En cuanto a la explicación de por qué no se denuncia en más de 60% de los casos se contestó que es por causas atribuibles a la autoridad. Ejemplos de respuestas son porque van a perder su tiempo, por lo largo o complejo del trámite y por desconfianza en la autoridad, entre otros.

Hay una dimensión adicional que es interesante revisar de la encuesta y tiene que ver lo que sucede a nivel estatal. En esto lo que se precia es una heterogeneidad en los niveles. La dimensión más preocupante es la que tiene que ver con al cambio respecto del año anterior. Hay 20 estados en los que la encuesta no da evidencia de que el dato de 2014 es estadísticamente diferente al de 2013.

De los casos en los que sí hay diferencia para empeorar tenemos a Aguascalientes, Baja California Sur, Distrito Federal, Guanajuato, Tamaulipas, Oaxaca y Yucatán. Los estados que mejoraron son Coahuila, Chihuahua y Veracruz.

Lo anterior explica muy bien cómo en cuestión de inseguridad lo que sucede es que estamos igual. Con algunos tipos de delito mejorando con indicadores más bajos y con un comportamiento a nivel estatal muy poco homogéneo.

El diagnóstico puede ser muy parecido, sólo hay una gran diferencia entre los niveles en los datos oficiales y los de la población. Esta brecha tiene que ver con la gran cantidad de delitos que no se denuncia.

La conclusión es clara en cuanto a que tiene que haber una mejora importante en el proceso de procuración de justicia. Este es uno de los grandes pendiente de reforma en el país.

Contrastando lo anterior con el mensaje de comunicación parece que hay dos realidades. Los datos muestran que no hay mejora y el discurso es de logros. Los datos de la encuesta muestran que en 2010 y 2011 la tasa de víctimas fue mucho menor.

Hay algo que es muy importante y es racionalizar este fenómeno de comunicación de logros cuando no son tan claros. En economía conductual hay un sesgo que explica como los logros se atribuyen a la persona y los malos resultados a las circunstancias y al pasado. Estamos en una situación en la cual se actúa como lo predice la teoría ante la evidencia clara de que hay un gran pendiente en materia de instituciones en cuanto a la procuración de justicia.

*Director general del FUNDEF

guillermozamarripa@itam.mx

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