Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

19 Nov, 2015

Por lo pronto, Aeroméxico vale 50% más

Apenas le comenté ayer de la tendencia observada en la aviación comercial en materia de alianzas globales, y ahora Delta Air Lines, de Richard Anderson, tomó la decisión de ir por 49 por ciento de Aeroméxico, que preside Javier Arrigunaga, y dirige Andrés Conesa.

Delta tiene actualmente 17 por ciento de las acciones de la aerolínea –si se ejercen las últimas opciones del Fondo de Pensiones adquiridas en 2013– y este monto lo equipara en tenencia accionaria al grupo que encabeza Eduardo Tricio, que tiene otro 17 por ciento. Se estima que en el mercado hay un 20 por ciento, cerca de dos por ciento en Tesorería y el resto en accionistas mexicanos individuales.

Lo interesante es que la realización de la oferta pública sería a través de la Bolsa Mexicana de Valores, que dirige Oriol Bosch, porque para incrementar a 49 por ciento Delta requiere 32 por ciento adicional y la Ley del Mercado de Valores obliga a que cuando una emisora es pública y alguien adquiere más de 30 por ciento se tiene que realizar la oferta de compra a todos hasta por el porcentaje marcado.

Recordemos que cuando Aeroméxico se colocó en 2011 salió a un precio de 31 pesos, en el curso de cinco años, la acción llegó a bajar hasta 22 pesos en su mínimo, pero ahora al ofrecer Delta un precio de 43.79 pesos por título, está incrementando el valor de esas acciones en circulación o en manos firmes en 50 por ciento, dado que el miércoles cerró a un precio de 28.7 pesos por acción.

Creo que incluso, esta oportunidad, así como el resultado de la colocación secundaria de Volaris, de Enrique Beltranena, la semana pasada en Estados Unidos, con la que levantó 190 millones de dólares, reabre la ventana de oportunidad a Interjet, de Miguel Alemán, y a VivaAerobus, de Roberto Alcántara, para salir a Bolsa, dado que yo esperaría que las acciones de Aeroméxico en manos del público inversionista se disparen hacia el valor que ha marcado Delta.

Habrá quien se desgarre las vestiduras y cuestione si se viola la ley en la materia porque supuestamente el límite para la IED en el sector aéreo es de 25 por ciento, pero la adquisición de ese 49 por ciento tendría el mismo criterio con el cual fue autorizada la compra de un porcentaje igual a Banamex hace 11 años, cuando se privatizó la aerolínea, y el banco era 100 por ciento propiedad de Citi.

Entonces, la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras le dio el visto bueno condicionando a que 51 por ciento de las acciones de control siempre siguiera en manos mexicanas y, por ello también la autorizó la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la que hoy encabeza Jaime González Aguadé, también tendrá que aprobar la oferta para que se realice.

El control nacional, incluso, se refleja en el Consejo de Administración, pues de 22 consejeros, 30 por ciento son independientes, y Delta sólo tiene dos lugares  de consejeros relacionados con voz y voto,  y en la asamblea de accionistas, aún cuando la parte mexicana pudiera llegar a tener diez por ciento, Delta sólo podría votar por 49 por ciento del capital.

A este proceso corporativo se le llama “control nacional” y, se lo explico, para que luego por ahí no surja uno de esos “nacionalistas”, que pretenda cuestionar lo equiparable.

La decisión de Delta, además y lo subrayo, es un hecho histórico, porque se trata de la primera vez que una empresa de nivel global estadunidense invierte de una forma tan agresiva en una línea aérea mexicana y, si en 2004, cuando se privatizó Cintra, o en 2010 cuando quebró Mexicana, me hubiera dicho que esto sucedería, yo hubiera respondido que se requería un milagro.

Y bueno. El milagro es Aeroméxico, porque lo que está viendo  la empresa de Richard Anderson es el creciente tráfico de pasajeros (tres millones aumentó el último año) en el mercado aéreo México-Estados Unidos, (el más grande del mundo entre dos países), asociado con una empresa financieramente sostenible.

A eso sume la credibilidad que le ofrece la perspectiva de crecimiento económico de México, el marco de las reformas estructurales impulsadas por el presidente Peña y la congruencia mostrada por las autoridades del sector aéreo de ambos países, para alinear y homologar sus prácticas internacionales, incluyendo las de seguridad y migración.

Yo creo incluso, que esta inversión allana el camino a la expansión de la alianza con Aeroméxico interpuesta ante el DOT y la Cofece, que preside Alejandra Palacios, porque saben que compiten con las alianzas de American Airlines y USAirways y United-Continental, pero con reglas de mercado y sin pasar por créditos con garantía gubernamental o Chapter 11 en ninguno de los dos casos.

Para los sindicatos de Aeroméxico y de Delta es una gran noticia, porque nadie invierte 600 millones de dólares adicionales para totalizar mil millones de dólares, si no se ha asegurado de la rentabilidad, del marco institucional en que opera la aerolínea, y de que las autoridades en México están convencidas de alinear las prácticas aéreas de la aviación comercial en nuestro país a las mejores globales y, no sujetarlas a criterios políticos o presiones individuales.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube