De seguidores a líderes en innovación cinematográfica

Una de las imágenes asociadas a la innovación es la de hombres de bata blanca moviéndose en un laboratorio impoluto manipulando sofisticados instrumentos y poderosas computadoras, sin embargo, la innovación es un proceso imperceptible que comienza en la sinapsis de un cerebro y que luego se manifiesta en un proceso que da como resultado el despliegue en el mercado del producto o servicio mejorado o inventado.

Un ejemplo lo ofrece la industria cinematográfica en México que se ha convertido en un referente a escala global, no sólo por los grandes directores, sino que también por las salas de cine, estas últimas vienen contradiciendo las predicciones que pronosticaban su debacle, primero ante el surgimiento de la televisión luego por las videocaseteras y ahora con los contenidos bajo demanda a través de internet a lo que se suma la siempre persistente piratería.

La industria de los exhibidores muestra que los incentivos adecuados pueden dar lugar a la innovación, José Leonardo Martí, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Cine (Canacine) y director general de Cinemex, me cuenta que cuando se retiró el control de precios a los boletos del cine en 1992 se generó el espacio para que comenzara el cambio, con los Ramírez que más tarde se convertirían en Cinépolis y con Cinemex que nació como un emprendimiento en 1993. Estas dos cadenas de exhibidores han logrado transformar en pocas décadas al mercado mexicano, que se ha convertido en el cuarto a nivel mundial después de la India, Estados Unidos y China. El crecimiento de México es espectacular en materia de taquilla con un avance esperado para 2015 de 18 por ciento a tasa anual, lo que significa 300 millones de boletos vendidos. José Leonardo Martí dice que a inicios de los noventas la industria de salas de cine nacional comenzó a copiar lo que hacían los exhibidores en Estados Unidos, sin embargo, dos décadas después la cadena AMC, que en algún momento fue la dueña de Cinemex, comenzó a replicar en la Unión Americana las salas VIP y Platino dado el éxito que mostraron.

Una de las características de la industria cinematográfica es que no responde a los ciclos económicos, el presidente de la Canacine afirma que el motor determinante del desempeño es lo atractivo de las películas, por lo que si hay un mal año en el éxito de los estrenos, la asistencia a las salas disminuye a pesar de que la economía esté en expansión, mientras que las buenas películas son inmunes a las recesiones. En el ámbito de la generación cinematográfica también hay buenas historias de innovación mexicana, una de ellas es la de Ánima Estudio, que recientemente estrenó la segunda película de Don Gato que requirió de una inversión de 60 millones de pesos y que ha logrado una taquilla de millón y medio de personas en nuestro país con buenas perspectivas en el mercado internacional.

Además Ánima se ha convertido en la primera compañía en alcanzar un acuerdo con Netflix para proveer una serie de televisión que verá la luz en 2017 y que tendrá un alcance global. La industria cinematográfica muestra que México puede innovar de otras maneras y puede pasar de seguidor a líder en poco tiempo.