Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

25 Nov, 2015

Carol Shaw

Hoy se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, definida por la ONU como una “pandemia global” a la que, por desgracia, no ha sido ajena la cultura del videojuego.

La más reciente muestra se dio hace un mes en Austin, Texas, en el festival South by Southwest Interactive. Los organizadores debieron cancelar dos mesas redondas sobre el acoso constante que viven jugadoras y desarrolladoras, debido a mensajes anónimos que amagaron con cometer actos violentos en esos foros. Es una secuela más del #GamerGate, un movimiento de internautas que desde hace más de un año se ha distinguido por su agresividad en contra de las mujeres que denuncian el sexismo en la industria del videojuego.

Timeline, un portal informativo que presume poner las noticias en contexto y “contar la historia detrás de la historia”, dio a conocer la cancelación de los páneles en una nota en la que, en sentido contrario del #GamerGate, reivindica cómo las mujeres, aún con una presencia minoritaria, han contribuido a consolidar una industria global valuada en 90 mil millones de dólares.

El texto menciona a Carol Shaw, identificada por Timeline como la primera desarrolladora profesional de videojuegos, y quien cumple 60 años de edad en 2015, sin que haya registro –al menos en internet– de la fecha exacta de su nacimiento. De hecho, lo que se conoce de su vida es gracias a una larga conversación que tuvo en 2011 con Benj Edwards, publicada en el blog Vintage Computing and Gaming.

Por este diálogo sabemos que Carol Shaw nació en 1955 en Palo Alto, California, donde pasó una infancia en la que cultivó mayor interés por modelar ferrocarriles a escala que por jugar con muñecas. En el bachillerato destacó por su habilidad para los números, aun cuando le molestaba que la gente le dijera: “Hey, eres buena para las matemáticas... para ser una chica”.

Influida por el movimiento feminista en boga durante los años setenta, su vocación la llevó a inscribirse a Berkeley, donde cursó ingeniería e informática, hasta graduarse como Maestra en Ciencias de la Computación.  Era una época en la que la presencia de mujeres en esas carreras era muy escasa, factor que no la inhibió. Sus habilidades como programadora lograron que fuera contratada en 1978 por Atari, con lo que de paso consiguió su propósito de trabajar en un lugar divertido: “me pagaban para jugar”.

Lo que no fue tan jocoso, sin embargo, fue el momento en el que Raymond Kassar, CEO de Atari, recorrió los laboratorios de la compañía, se percató de su presencia y consideró que, por ser mujer, podría aplicar al diseño de videojuegos los conocimientos que ella debería tener sobre cosméticos y decoración de interiores, como prejuiciosamente creía. Sus colegas le sugirieron no hacerle caso y dedicarse a lo que ella verdaderamente quería.

Y así fue: para la Atari 2600 contribuyó con un juego de polo originalmente planeado para integrarse a la mercadotecnia de los perfumes Ralph Lauren, que al final no salió a la venta. Tuvo mayor éxito con 3D Tic-Tac-Toe y Video Checkers, versiones electrónicas de los juegos clásicos de “gato” y damas inglesas. Pero su fama está ligada a un auténtico clásico, River Raid, que lanzó en diciembre de 1982 tras ser reclutada por excolegas suyos en Atari que fundaron la empresa Activision.

Con dos millones de copias fabricadas que documentan su éxito, River Raid consiste en un avión que recorre un río en un viaje sin retorno, eliminando a su paso barcos, helicópteros, jets, puentes y depósitos de combustible. La meta es sumar puntos volando siempre sobre el río, sin chocar con las otras naves y evitando que se agote la gasolina.

Prodigio de ingeniería para su época, River Raid sacó todo el jugo a una consola tan elemental como la 2600, en la que el jugador podía acelerar o bajar la velocidad por medio del joystick para recorrer un escenario siempre cambiante en el que, gracias a un mecanismo algorítmico inventado por Shaw, el paisaje nunca se repite.

El folleto explicativo incluido en la caja de River Raid muestra a una joven Carol Shaw, de pelo rubio lacio, gafas y una abierta sonrisa, a quien presenta como erudita en el campo de la ciencia computacional. Su misión es dar tips a quienes –sin distinción de género– vivieron una era en la que jugar a ser piloto era simplemente diversión y no violencia.

                *marco.gonsen@gimm.com.mx

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