Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

8 Dic, 2015

CME, una respuesta para la integración

Pininos de un nuevo mapa energético, definiría un comunicólogo, sin embargo, la conformación del nuevo Consejo Mexicano de Energía (CME), es resultado de varios esfuerzos por meter, a la representación empresarial institucional, a una serie de actores privados y asociaciones no integradas a las cámaras industriales. Y no es ampliar la membresía de éstas.

Justo el año pasado, la presión era fuerte para que actores como la Asociación Mexicana de la Industria del Petróleo (AMIPE), que lleva Erik Legorreta, o la Asociación Mexicana de Energía Hidroeléctrica, de Jacobo Mekler, y otras, se integraran en la Coparmex, la Canacintra o la Concamin.

En este esfuerzo se fue construyendo –que ideó Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente que el lunes 15 de diciembre entrega la estafeta a Juan Pablo Castañón, de Coparmex–, la iniciativa para erigir el Consejo Mexicano de Energía. Por ello no es de sorprender que su primer presidente sea Juan Acra, presidente de la Comisión de Energía de la Coparmex, y que el consejo sea una especie de asociación integradora.

Participan la Academia Mexicana de Derecho Energético, que preside Israel Hurtado; las asociaciones Mexicana de Energía, que lleva Jaime de la Rosa Montes; Mexicana de Empresas y Servicios Petroleros, que preside Ernesto Marcos Giacoman; la Asociación de Distribuidores de Gas LP, de Octavio Pérez Salas; la de Energía Solar Fotovoltaica, de Héctor Olea de Gauss Energía; las asociaciones nacionales de Energía Solar de José Alberto Valdés Palacios, y de la Industria Química, que preside Patricio Gutiérrez. También se sumaron la Comisión de Energía de la Barra Mexicana del Colegio de Abogados, que encabeza Javier Zenteno.

Y dado que hay redes de transporte, de gas y gasolinas que transportan y venden energéticos, se integraron la Cámara Mexicana de la Industria de Transporte Marítimo, que liderea Juan Pablo Vega; la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga, de Rogelio Montemayor Morineau; el CCE, que preside Gerardo Gutiérrez; el Clúster Minero-Petrolero de Coahuila, que lleva Rogelio Montemayor; la Coparmex, que será representada por Gustavo de Hoyos, y la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo, que preside José Ángel García Elizondo.

Ahora, no habría consejo si no hubiera contraparte y, justo por ello están sentados las autoridades regulatorias. Por cierto, Paco Salazar Diez de Sollano, a principios de noviembre celebró la Segunda Sesión Ordinaria del año del Consejo Consultivo en materia de electricidad e hidrocarburos que él fundó, reunión que presidió por última vez y, que le ha dado a la institución una voz autorizada de la propia industria energética.

Éste es el mejor antecedente del CME recién formado, porque entre los consejeros de la CRE están el presidente de la Academia Mexicana de Derecho Energético, Israel Hurtado, y el presidente en Gas Natural Fenosa México, Ángel Larraga, así como la presidenta de la Asociación Mexicana de Gas Natural, consejera del Consejo Mundial de Energía Capítulo México y vicepresidenta ejecutiva de Desarrollo de IEnova, Tania Ortiz Mena; además del presidente de la Asociación Mexicana de Energía Solar Fotovoltaica, Héctor Olea. En total son 18 pesos pesados de la industria de los subsectores eléctrico y de hidrocarburos los que aconsejan a la CRE en materia regulatoria.

Este consejo ha permitido “planchar” la normatividad del día a día, esto es, las disposiciones administrativas de carácter general que pasan a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria, después del proceso de consulta entre regulador y la industria energética, y con bastante eficiencia.

Más que hacer pininos, el CME es resultado de la búsqueda de “integración” de representaciones empresariales dispersas, que por muchos años estuvieron controladas por Pemex, que dirige Emilio Lozoya, o de la CFE, que encabeza Enrique Ochoa, y a la luz del nuevo andamiaje jurídico que trazó la reforma constitucional y su paquete de leyes secundario, hoy debe encontrar instancias de negociación que faciliten el diálogo y el entendimiento público-privado.

Tiempo atrás le comenté que las mismas empresas públicas del Estado y sus proveedores, no sólo tienen la tarea de replantear su negocio sino salir de lo oscurito, hoy también los órganos regulatorios como la CRE, que preside Francisco Salazar: la Cofece; de Alejandra Palacios; la Conue, que lleva Othón de Buen; el Cenace; que dirige Eduardo Meraz, el Cenagas; de David Madero Suárez, la CNH; que preside Juan Carlos Zepeda y Carlos de Regules Ruiz-Funes, director general de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, deben definir sus puntos de coordinación, y también sus vacíos legales, porque pareciera que cada uno tiene funciones claras, pero en la práctica ha resultado que el pisotón de callos se vuelve la cosa más común y el sector privado, le juega al arbitraje regulatorio dependiendo de las respuestas que obtiene.

DE FONDOS A FONDO

Se consumó. Infiniti, la marca Premium de la Alianza Renault-Nissan, no renovó el patrocinio con Red Bull para la siguiente temporada, pues seguro en la evaluación de costos y beneficios de la motorización de la F1 en materia de investigación y desarrollo a paso veloz, los cambios regulatorios que se avecinan y la visión de Carlos Ghosn, no coincidieron. No queda claro si la motorización Renault continúa en el equipo austro-inglés, que lleva Horn, porque una cosa es el dinero que puso Tag Heuer para tomar la primera posición del patrocinio de los autos Red Bull y otra es el motor. De esto no se ha dicho mucho y dicen: “No news, good news!”.

 

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