Salo Grabinsky

Del verbo emprender

Salo Grabinsky

19 Dic, 2015

Igualdad de género en las empresas familiares (II)

Como planteamos en la columna anterior, la inclusión de la mujer en muchos ámbitos donde en el pasado les era prohibido, es irreversible y de gran magnitud. En los negocios familiares no son la excepción. Continuamos.

C.- En empresas grandes de familias donde ya hay formado un patrimonio, hay más flexibilidad de que las mujeres no tengan que trabajar y sigan en casa o en otras ocupaciones no remuneradas, ya que su nivel de vida no lo requiere, pero se están preparando mejor a nivel profesional y sienten la necesidad de ser activas en sus diferentes campos de acción, piden su inclusión en el negocio de su familia, el ser tomadas en cuenta para el proceso de sucesión y compiten con los varones para llegar a puestos más altos.

  El fenómeno de la inclusión de la mujer a trabajar en las empresas de sus familias es lógico, razonable y, en general, saludable para la comunidad. Por otro lado, las necesidades de la vida moderna, la educación y el nivel de consumo de millones de familias requiere que haya más ingresos dentro de una familia y no dejar que el hombre sea el único proveedor económico. Los desajustes, crisis y recesiones han provocado desempleo y cambios en las familias y está emergiendo con más fuerza la mujer empresaria que da el sustento a su familia.

Esta revolución de las familias y los roles de género no está exenta de problemas y fricciones; incluso, estudiosos de ciencias sociales y psicología lo han advertido. Como ejemplo, se han agudizado los problemas conyugales y divorcios cuando son las mujeres las que mantienen el hogar y el hombre se siente rebajado ante sus hijos y otros amigos. La entrada de ejecutivas al negocio se ve como un foco de tensión y de amenaza al feudo de los hijos-sucesores, acostumbrados a ser los únicos que dan órdenes. Un cierto rasgo de machismo continúa existiendo y puede provocar grandes conflictos.

Para mí, el efecto de la llegada masiva de la mujer a los negocios familiares de todos tamaños es un fenómeno necesario dado el entorno que vivimos y positivo por su estilo personal de liderazgo, que mejora el ambiente de respeto y de comunicación de la empresa. Hay excepciones, pero no son tan notorias como la influencia saludable de la mujer en un negocio.

Hay que poner reglas claras, mucha comunicación y no permitir actos de favoritismo, o no contribuir con un trabajo serio y constante al éxito del objetivo común de la empresa y cuidar la supervivencia del negocio a través de las generaciones.

En la evolución de la empresa familiar de un pequeño negocio patriarcal a una empresa más ordenada, y con el crecimiento de ésta y su gente a ser un grupo profesionalmente manejado, el rol de todos los miembros de la familia socia es, sin distinción de género, vital para que ésta sobreviva.

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