Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

19 Dic, 2015

Balance de 2015

Hacer un balance de lo bueno y malo del año es un ejercicio propio de esta temporada. En la columna de hoy les presento mi evaluación de 2015, la cual en términos generales es favorable.

Empezaré por mencionar algunos de los temas positivos. El primero es que hay crecimiento económico en México. Si bien es el inercial de los últimos 15 años, cuando se compara con el que hoy se observa en otros países es mejor.

En lo que se refiere a empleos formales, la economía los ha venido creando de manera consistente y sostenida en los últimos años. Por su parte, el consumo también ha venido creciendo. Pero en ambos casos observamos que el ritmo de crecimiento en su mayor parte se explica por el comportamiento inercial que se mencionaba en el párrafo anterior.

Un segundo elemento positivo es que la inflación está bajo control. En el último semestre ésta ha estado en niveles históricamente bajos.

En lo que se refiere a la inversión extranjera es un hecho que el flujo de recursos a nuestro país por este concepto continúa siendo importante. Las razones son varias, como el tamaño de México que nos vuelve un mercado atractivo y el perfil de la economía de país productor de manufacturas.

La evidencia muestra que lo que ha pasado en este sector, principalmente en el segmento automotriz y recientemente en el aeroespacial. La evolución responde como cambio estructural al Tratado de Libre Comercio y no a acciones concretas de esta administración.

Todo lo anterior me lleva a concluir que hay un entorno económico que en términos generales es positivo. Sin embargo, éste se debe a la condiciones estructurales actuales de la economía y no se puede atribuir a las reformas.

Si bien algunas de las reformas tendrán un impacto en aumentar el ritmo de crecimiento de la economía, los datos de 2015 no reflejan todavía efectos de este tipo.

Ahora pasaré a otro fenómeno que muchos analistas han identificado como una fuente de vulnerabilidad y es el aumento en las tasas de interés en Estados Unidos. En esta área, mi visión más que de catástrofe es de un mensaje positivo porque ya se inició el regreso a la normalidad en esta materia.

Las tasas en EU están en niveles históricamente bajos y llevan mucho tiempo en esos niveles. En este caso, lo sano para la economía es que suban con un proceso ordenado y gradual. Este aumento se esperaba y era normal que sucediera. Aunque la señal de que se está regresando a la normalidad es buena se debe esperar en el corto plazo mayor volatilidad.

Como referencia pensemos en hace diez o 15 años cuando las tasas de interés eran elevadas, ese no era un freno para la actividad económica.

Un segundo tema desfavorable de contexto tiene que ver con el precio del petróleo. Hoy hay una visión de un escenario catastrófico provocado por los bajos precios del petróleo. Sobre este tema lo que no es una buena señal es la corta memoria que se tiene. En 2008 se tuvieron precios en niveles similares y en 2000 los precios eran muy inferiores.

Los datos históricos muestran que el precio del crudo es muy volátil en el largo plazo. Nosotros, como país, actuamos como si los precios altos fueran permanentes y nos gastamos todo. Lo que hoy sucede no es nuevo, se ha repetido varias veces los últimos 30 años.

Ahora, pasaré a lo que es el comportamiento que puede implicar un riesgo en el mediano plazo si no se corrige. Éste tiene que ver con el sector público: su elevado déficit y su endeudamiento creciente.

Con este balance de 2015 concluyo mis colaboraciones del año deseándoles felices fiestas y lo mejor para ¡2016!

*Director general del FUNDEF

guillermozamarripa@itam.mx

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