Cinco puntos para entender el terrible año para el peso

CIUDAD DE MÉXICO.- El tipo de cambio cerró el año en 17.2487 pesos por dólar, según la determinación FIX del Banco de México, lo que significa una depreciación de 17% en todo el año.

Se trata del peor año para el peso mexicano desde el 2008, cuando la crisis económica global hizo que se desplomara un 26.7% frente al dólar.

El 2015 fue un año de subidas para el dólar, lo que lo llevó a romper máximos históricos y superar la barrera de los 16 y 17 pesos, y acercarse peligrosamente a los 18 pesos.

A lo largo del año hubo diversas situaciones que lo hicieron subir. Estas fueron:

La Fed

Durante todo el año los inversionistas estuvieron preocupados por el momento en que el banco central de Estados Unidos elevaría su tasa de interés. Aunque desde principios de año se esperaba que fuera a mediados de año cuando se diera el movimiento, cada dato que se conocía en el vecino del norte que mostraba fortaleza económica, pegaba al mercado cambiario.

¿Por qué? Ante la expectativa de mayores tasas y, por lo tanto, de mayores rendimientos en EU, los inversionistas migraban sus posiciones a la mayor economía del mundo desde países desarrollados con menores rendimientos y países emergentes con mayores rendimientos, pero más riesgo.

Esto aumentó la demanda de dólares, y al ser el tipo de cambio el precio de una divisa, esto se traducía en una subida de la cotización.

Ahora que se dio la primera alza de tasas, lo que presionará a los inversionistas y al peso será qué tan rápido se den las alzas siguientes.

Grecia

En julio Grecia fue a las urnas para votar si aceptaba o no las duras condiciones de austeridad que las autoridades europeas exigían para dar más ayuda a su atribulada economía. El triunfo del “no” puso en aprietos a los inversionistas, quienes buscaron posiciones más seguras ante la incertidumbre en el país helénico, donde se manejó incluso una salida de la Unión Europa.

México, al ser un país emergente con cierto nivel de riesgo, se vio afectado.

China

El desplome de casi 50% que sufrieron las bolsas chinas en agosto preocupó a los inversionistas, pues puso en evidencia los problemas de la economía asiática.

Por una parte, se ha hablado de la burbuja que se tiene en el mercado bursátil e hipotecario, impulsada por créditos baratos e irresponsabilidad en su uso durante años. A esto hay que sumar señales de desaceleración de la economía, lo que llevaría al gobierno a acelerar reformas económicas y dar mayores estímulos para detener la caída.

Al igual que en el caso de Grecia, esto ocasionó que los inversionistas buscaran inversiones más seguras, afectando a México y demás países emergentes.

El petróleo

Aunque no tan determinante como la Fed y China, los inversionistas también han resentido el bajo precio del petróleo, el cual es de particular significancia para México.

Un precio del petróleo más bajo, junto con una disminución de la producción petrolera del país, afecta más a México debido a la petrolización de las finanzas públicas. Pese a que se cuentan con coberturas que garantizan los ingresos de 2016, para 2017 la situación no será la misma.

Datos que ponen en evidencia la sobreoferta que existe en el mercado han empujado al precio hacia abajo, situación que no se corregirá en los primeros meses del año y que seguirán presionando al peso.

Factores internos

El mediocre crecimiento del país, el lento avance de materialización de las reformas y la falta de Estado de Derecho también han influido en el ánimo de inversionistas. Durante el año no se presentaron catalizadores que aumentaran la confianza en las condiciones internas de la economía y aumentaran su atractivo como destino de inversión.

*gl