Siete tips para que regresar al trabajo no sea tan 'doloroso'

Una experta en ‘coaching ejecutivo’, comparte unas recomendaciones prácticas para eliminar resistencias y volver a la realidad después de estas vacaciones
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Vencer la dificultad o resistencia a reconectarse con las actividades habituales y sentir nostalgia por el tiempo vacacional sin obligaciones son las principales causas de que los adultos rechacen o sientan ansiedad. Foto: Getty
Vencer la dificultad o resistencia a reconectarse con las actividades habituales y sentir nostalgia por el tiempo vacacional sin obligaciones son las principales causas de que los adultos rechacen o sientan ansiedad. Foto: Getty
CIUDAD DE MÉXICO.- Las vacaciones han terminado y ahora toca enfrentarse al regreso a la oficina, a la escuela y las diversas actividades cotidianas que normalmente no se extrañan durante los días libres.
 
Retomar las responsabilidades olvidadas, cumplir de inmediato con las tareas del día a día y afrontar su acumulación durante tu ausencia, ajustarse nuevamente al horario de trabajo. recuperarse del “cansancio” de las vacaciones, vencer la dificultad o resistencia a reconectarse con las actividades habituales y sentir nostalgia por el tiempo vacacional sin obligaciones; son las principales causas de que los adultos rechacen o sientan ansiedad, estrés o malestar ante la vuelta a sus ocupaciones laborales u obligaciones sociales y familiares tras las vacaciones.
 
 
La psicoterapeuta Verónica Rodríguez Orellana, directora del Coaching Club y experta en ‘coaching ejecutivo’, sugiere algunas recomendaciones prácticas para eliminar estas resistencias.
 

Retomar el ritmo de forma gradual

 
La necesidad de retomar las olvidadas responsabilidades cotidianas produce ansiedad en muchas personas.
 
“Es bueno distinguir, primero, lo urgente de lo prioritario. La reanudación gradual genera una sensación de control que contribuye al equilibrio". 
 
Orellana recomienda comenzar con las tareas más sencillas y de rápida resolución para volver a acostumbrar a la mente y al cuerpo a la rutina.
 
"Así, alcanzaremos el ritmo deseado y consuetudinario, transcurridas unas 72 horas desde nuestro regreso”, señala la especialista.

Agenda de las primeras semanas

 
Al regreso de las vacaciones suele esperar un doble desafío: el deber de cumplir de inmediato determinadas tareas y la acumulación de algunas de ellas durante la ausencia.
 
Resulta imprescindible diseñar la agenda para los primeros días de la vuelta a la actividad, aunque para reducir el estrés es recomendable estructurarla alrededor de objetivos concretos, al menos durante la primera semana, y posponer las reuniones y decisiones más importantes para la segunda semana posterior al regreso.
 

Sin exceso de horas

 
La directora de Coaching Club indica que en los primeros días es aconsejable ajustarse al horario de trabajo y no sobrepasar la hora estipulada de salida, “ya que esto haría aún más difícil conservar los efectos beneficiosos y el bienestar que experimentamos durante las vacaciones”.
 
“El organismo “echa de menos” los momentos de ocio, por lo que durante las primeras jornadas es importante conservar un espacio ocioso, lo más holgadamente posible”, recomienda.
 

Las vacaciones también cansan

 
“Por paradójico que parezca, las vacaciones nos inoculan una inusitada sensación de fatiga de la que resulta preciso recuperarse”, indica Orellana.
 
“Teniendo en cuenta que venimos de un lapso vacacional, probablemente caracterizado por una falta de estructura y organización de nuestro tiempo y de las actividades, es aconsejable no entrar de lleno en la rutina, sino recuperarla de una forma gradual”, destaca esta experta.
 
Hasta que cuerpo y mente se acostumbren al ritmo cotidiano de trabajo, es aconsejable tomarse ciertos “respiros” como disfrutar de un café o una charla con los compañeros.
 

Claves para reconectarse sin traumas

 
“Para gestionar el correo electrónico pendiente nos ayudará mucho leerlos en orden cronológico inverso a su recepción: comenzar por el más reciente, lo que nos asegurará el no comentar o responder asuntos ya resueltos”, sugiere Rodríguez Orellana.
 
Otro dato a tener en cuenta, según esta asesora, es que “la memoria y la concentración pueden tardar en recobrarse, por lo que es conveniente usar recordatorios para las tareas más importantes de los primeros días y, con el avance de la semana, dosificar progresivamente la resolución de los problemas nuevos y acumulados, hasta alcanzar la agilidad habitual”.
 

Prolongar el espíritu vacacional

 
Por lo general, en vacaciones somos más permisivos con nosotros mismos y con nuestro entorno. Abandonamos ciertos aspectos rígidos que, durante el año, mantenemos casi inmutables porque la rutina manda.
 
Identificar una actividad que nos gustaba hacer en las vacaciones y sumarla a la rutina diaria durante el resto del año nos ayudará a no sentirnos tan lejos del reciente período vacacional.
 
“Desayunar repasando diarios o revistas, efectuar alguna actividad física o dar algún paseo, disfrutar de la lectura y la música que nos gusta, mantener el nivel de diálogo que teníamos con nuestra pareja o nuestros amigos o, aprovechar las horas de luz solar para realizar alguna actividad placentera, son algunos hábitos que contribuye a que el “efecto vacaciones” pueda alargarse unos días”, según Orellana.
 
“Quizá sea imposible evitar un sentimiento de nostalgia hacia ese tiempo sin obligaciones, ¡pero esto no debe opacar nuestro desempeño profesional!”, enfatiza.

Para aterrizar con más 'suavidad'

 
Para la psicoterapeuta, la gran clave para afrontar la reentrada al trabajo y las obligaciones con mejor ánimo, es el “softlanding” o aterrizaje suave, una técnica psicológica de la que aporta algunos consejos:
 
- 24 horas para adaptarse. El cuerpo y la mente necesitan al menos un día para acomodarse a la rutina de la casa, de la ciudad y al ritmo de la demanda laboral que encontremos en la oficina.
 
- Positivismo paso a paso. Volver abrumándose con el pensamiento de que la rutina será una dura carga, hará mucho más probable que al final sea así. Una buena fórmula es entender que el trabajo fue precisamente lo que posibilitó esas estupendas vacaciones.
 
- Periodo entre vacaciones. Hay que percibir la rutina laboral, no como un obstáculo, sino como un medio para disfrutar de la vida y recomenzar un ciclo, que culminará en un nuevo y delicioso tiempo de ocio.
 
- Sociabilizar en el trabajo. Compartir con tus compañeros las experiencias vividas, las anécdotas, las fotos y todas las curiosidades de las vacaciones, hará muchísimo más liviana la transición de los primeros días. Aprovechar los desayunos o almuerzos con los colegas es una forma de seguir disfrutando y compartiendo a nuestro regreso.
 
Con información de EFE.
 
kgb 

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