Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

4 Ene, 2016

El turismo, una actividad económica de ciclos cortos

Como sucedió en 2000 o en 2008, en este periodo de crecimiento de la actividad turística parecería que el panorama será largamente positivo; pero muchos olvidan que es una actividad vulnerable, más allá de que se recupera rápidamente.

Sin pretender sacar del armario una bola de cristal, menos todavía con pronósticos negros, basta con volver la memoria atrás para recordar los eventos que han puesto en este siglo al turismo contra las cuerdas.

1. El mayor ataque terrorista perpetrado contra Estados Unidos, en septiembre de 2001, provocó que ese país endureciera a extremos sus medidas de seguridad que de hecho no se han relajado, sino que se han vuelto menos gravosas para los viajeros debido al desarrollo de la tecnología.

2. Un año después, la epidemia del SARS derribó algunos mercados turísticos en Asia y Canadá.

3. La mezcla de la peor crisis económica en Estados Unidos desde 1929, y que de hecho sigue teniendo réplicas en Europa, fue el origen de otra crisis para el turismo, que en México se acentuó con la epidemia de la nueva influenza y la “guerra contra el narco”.

El huracán Odile en 2014 nos recordó el impacto demoledor que pueden tener estos fenómenos en el turismo, aunque Los Cabos se recuperó en tiempo récord; el año pasado Patricia estuvo a punto de devastar un destino turístico más grande como es Vallarta.

Además, la amenaza del terrorismo ha retomado fuerza con eventos tan lamentables como los recientes ataques a París.

Si la experiencia sirviera de algo, éste sería el momento para aprovechar el periodo de “vacas gordas”, para fortalecer la posición de México como destino turístico.

Algunas áreas de oportunidad son evidentes:

a) Revisar la posición del Consejo de Promoción Turística de México, para que regrese a los orígenes y fortalezca su posición como principal instrumento de impulso a la Marca País y de los destinos nacionales en el extranjero.

b) Pensar seriamente en sacrificar un porcentaje adicional del Derecho de No Residente (DNR), para agilizar los procesos migratorios que hoy limitan los flujos de turistas a México.

c) Impulsar una Ley de Promoción Turística, que obligue a los estados a invertir la totalidad del impuesto al hospedaje para el desarrollo de esta actividad.

d) Mejorar los procesos en los aeropuertos más saturados, comenzando con el de la Ciudad de México, en vez de esperar a que todo quede resuelto dentro de un lustro con la puesta en marcha del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

e) Establecer esquemas novedosos de fomento a la inversión privada en el sector turismo, comenzando por su inclusión en el modelo de las Zonas Económicas Especiales.

Sólo algunas áreas de oportunidad para preparar al turismo de la mejor manera, no sólo para que siga creciendo como uno de los sectores económicos estratégicos del país, sino para que esté en las mejores condiciones de enfrentar los retos que vienen, como sucede a toda actividad económica de ciclos relativamente cortos.

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