Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

23 Ene, 2016

Tema obligado: tipo de cambio

El comportamiento del tipo de cambio durante la administración actual no ha sido favorable. El comportamiento reciente es preocupante. Ante esta situación hay varias preguntas importantes como el que explica la situación actual, si como país podemos hacer algo y si se mantiene qué implicaciones puede tener. El panorama es complejo, pero hay capacidad de maniobra.

Primero, unos datos. La devaluación acumulada durante la presente administración es de alrededor de 45%. Si tomamos como referencia el promedio del tipo de cambio promedio hace seis meses es alrededor de 25 por ciento. Es decir, el comportamiento del tipo de cambio es adverso y está llevando a esta variable a niveles en los que no hay una justificación fundamental. Este comentario aplica al nivel actual y, en menor medida, al nivel observado los últimos seis meses.

En cuanto a la justificación que se da por la devaluación es que hay libre flotación y se explica por la situación en China, antes por el aumento en tasas en Estados Unidos y por la volatilidad excesiva y hasta irracional en los mercados. Comentaré brevemente el caso de China. Si bien, hay un problema en ese país, como escribía la semana pasada, un efecto importante en la economía global es la menor demanda de materias primas que induce precios más bajos. Este hecho afecta a países altamente dependientes de las materias primas, como es el caso de Brasil.

La economía de México es muy distinta a la de Brasil. Si bien, dependemos del petróleo para las finanzas públicas, el país es de perfil manufacturero. No se prevé que México entre en una recesión por menores precios de materias primas, Brasil sí.

Lo anterior me da elemento para argumentar que sí se puede hacer algo. Es un hecho que estamos en un contexto de alta volatilidad, pero el objetivo debe ser cómo nos diferenciamos.

Dado lo que describí anteriormente, el discurso de México debe enfocarse en contar la historia de México y no la global. Es decir, se debería poner mucho énfasis en dejar claro que México no va a sufrir como Brasil y otros países por el caso de China.

Es más, se podrían identificar algunos factores que revelen que para México puede haber un área de oportunidad que viene de la situación actual en China.

Retomando el tema del petróleo, el primer hecho es que el impacto de un menor precio del petróleo es limitado. Dado que la vulnerabilidad se concentra en finanzas públicas debería haber acciones en las que se vea que se está atendiendo el problema.

Es un hecho que en los años de alta producción y altos precios México se gastó el ingreso y no se ahorró como sí lo hizo Noruega. Ahora que viene el ciclo de precios bajos se tiene que tomar la acción contraria de gastar menos para tener un mejor manejo fiscal. 

El problema potencial es que si se mantienen estos niveles de tipo de cambio durante un periodo largo puede suceder lo que hasta ahora no ha sucedido: que la devaluación se refleje en inflación. Hay otra posible consecuencia que se puede dar en un deterioro de los índices de confianza que afecten las expectativas.

En conclusión, el nivel actual de tipo de cambio está muy influenciado por la volatilidad del mercado y la percepción de que México es una economía emergente dependiente de materias primas. La buena es que sí hay margen para tomar acciones que nos diferencien y nos pongan en una categoría distinta. El problema es que si no se actúa puede materializarse un escenario de efectos adversos importantes para nuestra economía. Es decir, hay mucho en juego.

*Director General del FUNDEF

guillermozamarripa@itam.mx

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