Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

26 Ene, 2016

Riesgo Pemex-Riesgo México

La preocupación que ha generado la baja en el precio del crudo a menos de 20 dólares el barril, se origina en un gran vacío de información: nadie entiende en los mercados ni acreedores ni inversionistas cuál es el grado de compromiso que tiene el gobierno federal con la empresa dirigida por Emilio Lozoya.

La razón es que si le ha dejado rascarse con sus uñas para el pago de proveedores de la empresa, en medio de un proceso de achicamiento forzado de su impresionante estructura, no hay claridad sobre si el gobierno respaldaría como hasta ahora a Pemex, en caso de que la presión fuera mayor, para que continúe sirviendo en tiempo y forma su deuda.

Y bueno, también todos saben que para Luis Videgaray, secretario de Hacienda, el encaje fiscal sobre las finanzas de Pemex representa aún 19% del ingreso fiscal total, y súmele el IVA y el IEPS de combustibles para que observe la verdadera dimensión.

Pero a la inquietud la respuesta es simple. Al menos de Pemex, el gobierno mexicano es propietario en 100 por ciento de sus acciones y está manteniendo un adecuado ritmo de inversiones considerando la rentabilidad, sólo que se ha tardado tanto en la emisión de los farm outs, y en dar a conocer el cómo los ejecuta, que ni las  acciones de monetización de activos para mejorar su flujo, convencen al más pintado.

Pemex ha recortado gasto, se ha hecho un proceso de fitness, pero poco se sabe de ello, y como le dije ayer, se firmó con la Asociación Mexicana de la Industria del Petróleo (AMIPE) un acuerdo de principio para regularizar adeudos y también para subirlos a su carro de “responsabilidad social y sustentabilidad”, pero no acaba de conocerse cuándo y cuánto será el pago para regularizarlos.

Recuerde que Pemex tiene un perfil de deuda bueno, pero la estimación para 2016 era que su plataforma de exportación se ubicaría en mil 91 millones de barriles al día y que el precio de petróleo de referencia estaba en 50 dólares y en 15.90 la referencia del tipo de cambio.

Con excepción del primero y la plataforma productiva en 2.2 millones de barriles al día, la expectativa ha variado, sobre todo porque no se ve por dónde este año, pueda corregirse una sobreoferta mundial de crudo de 1.5 millones de barriles diario y menos con la entrada de Irán al mercado de pesados, en el que México domina.

Evidentemente un pronunciamiento de Hacienda ratificando el respaldo a la empresa gubernamental podría reducir el ruido, tanto como el que se conozca que el jueves pasado Moody’s, no sólo le redujo a Pemex (con sus siete líneas de negocios) la calificación y la perspectiva de crédito, sino que fue una de 120 empresas petroleras o de energía a las que se les bajó la calificación en el mundo.

Sólo unos datitos: por qué si la reforma supone fortalecer financieramente a Pemex, para que compita bien con el sector privado, as septiembre sus ganancias de 147 mil millones de pesos fueron insuficientes para cubrir sus cargos fijos de 349 mil millones de pesos. Eso es lo que preocupa. Su deuda de largo plazo supera 1.2 millones de millones de pesos y sus pasivos los 2.9 millones de millones de pesos; a septiembre traía un faltante de 50 mil millones de pesos para pagar el servicio de su deuda.

Con todo lo anterior, si como ha ocurrido en los tres años de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, no actúan con la velocidad que el drama petrolero está penetrando en la visión de los tenedores de la deuda de Pemex, no se sorprenda de que a nuestro país le suene el fantasma de Petrobras antes de que termine el primer trimestre.

A poco nuestro avezado subsecre de Ingresos, Miguel Messmacher, no ha advertido que la desaceleración industrial doméstica tiene que ver con dos hechos: la caída de la inversión pública en infraestructura (Pemex más que juega) y la caída en el sector minero, en el que de nuevo Pemex explica una gran parte de la contracción. Como decía mi abuelita, ¡para la catarata… cirugía!

DE FONDOS A FONDO

Con lo anterior, será interesante seguir desde hoy y hasta el jueves el Energy Mexico 2016, en el que Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía, y Emilio Lozoya, director general de Pemex, serán los expositores centrales del primer evento global de energía en México, que organiza la iniciativa privada con un enfoque empresarial, en el que se reflexionará sobre el nuevo mercado y la reforma en un contexto internacional dominado por los bajos precios del petróleo y el frenazo económico de los BRICS así como la entrada de Irán al negocio.

Durante la edición del Foro de Davos de este año ha quedado constatado el gran interés que hay fuera de nuestras fronteras por invertir en energía e infraestructura. Vea a la española Iberdrola, que dirige Ignacio Sánchez Galán, no le quita el ojo a nuestro país y prepara una inversión de dos mil 500 millones de dólares. Su nombre, junto al de otros empresarios y especialistas de la industria como Carlos Ruiz Sacristán, de IEnova, o Adam Sieminski, director de la Energy Information Administration de EU, forman parte de la agenda de este evento.

Hoy, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, encabezará la ceremonia de entrega del Premio Nacional de Investigación: Impulso al Desarrollo de las Finanzas Estatales, que otorga el Grupo Financiero Interacciones, que preside Carlos Hank Rohn y dirige Carlos Rojo. Estarán presentes el rector de la UNAM, Enrique Graue, y el director de PwC, Carlos Méndez. Esta vez la premiación podría haber quedado entre Mérida, Guanajuato y el Estado de México.

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