No es tu culpa que no puedas madrugar, son tus genes

Ser nocturno o mañanero depende de tus genes y no hay manera en que lo puedas cambiar
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Ser nocturno o mañanero depende de tus genes y no hay manera en que lo puedas cambiar. Imagen: Especial
Ser nocturno o mañanero depende de tus genes y no hay manera en que lo puedas cambiar. Imagen: Especial

Ciudad de México.- De acuerdo con los investigadores de la firma 23andMe, se han logrado identificar 15 regiones del ADN relacionadas con si eres o no una persona más productiva durante la mañana o la noche.

El resultado de su investigación fue publicado en la revista Nature Communications y muestra una base científica de porque algunas personas se levantan temprano y otras no pueden despegarse de sus cobijas después de medio día.

Los genetistas de 23andMe estudiaron a unas 90 mil personas, y a pesar de que (aseguran) su estudio no es perfecto, eso podría arrojar nuevas investigaciones que en un futuro podrían tener beneficios médicos y hasta laborales: sí, podríamos cambiar los horarios Godinez de trabajo.

Hasta el momento este tipo de estudios se ha realizado en ratones y moscas, a éstas últimas se les han hallado 80 genes que afectan sí es más activa de noche o de día.

David Hins, genetista y co-autor del estudio, asegura que aunque no hay aplicaciones y resultados a corto plazo esto nos sirve para saber que nada de nuestras preferencias es algo espontaneo o que podamos controlar, sino que se tiene una base biológica predeterminada.

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Para realizar el estudio los expertos analizaron el ADN de los participantes y los compraron con su respuesta sobre si se consideraban o no personas ‘madrugadoras’, se dieron cuenta que si se analizaba sólo un gen las respuestas podían no ser precisas, pero cuando se analizaban 15 regiones del genoma juntas era obvio que la respuesta coincidía.

Los expertos de 23andMe encontraron, además, que 7 de estas regiones están relacionadas con el ritmo cardiaco, los cuales influyen en los cambios físicos, conductuales y mentales que se realizan, aproximadamente, en un ciclo de 24 horas.

También encontraron que otras regiones están involucradas en cómo nuestros ojos convierten la luz en señales para el cerebro; obviamente, una capacidad baja para hacerlo hará que algunas personas prefieran estar activos de noche, cuando hay menos luz.

Los expertos aseguran que su estudio no puede ser tomado como una referencia científica al 100 por ciento, ya que los participantes contestaron las encuetas en línea, lo que pudo hacer que algunos de ellos mintieran, o bien que su concepto de ‘mañana’ no sea el mismo que el del resto; a pesar de ello los investigadores aseguran que eliminaron del estudio a aquellas personas cuya respuesta cambiaba de una pregunta a otra.

Otro factor se debió a que no se dijo la ubicación geográfica de los participantes, y es que muchos de ellos pueden tener influencia del clima en sus ciclos de descanso. Lo que sí, es que la publicación de este estudio les abre las bases para realizar investigaciones más profundas, ahora esperan trabajar con en Biobank de Reino Unido para demostrar su teoría. 

 

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