Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

5 Feb, 2016

Regresa en marzo el espectáculo de luz y sonido a Teotihuacán

Será a comienzos del próximo mes de marzo, cuando Eruviel Ávila, gobernador del Estado de México, hará la inauguración del nuevo espectáculo de luz y sonido en Teotihuacán; un producto turístico que fue muy exitoso, aunque estuvo enlatado más de tres décadas.

La historia es interesante y deja muchas lecciones, ahora lo deseable es que nuevamente se convierta en un atractivo que mueva a miles de turistas cada mes para que este magnífico sitio arqueológico genere mayor bienestar económico a las poblaciones circunvecinas.

La historia fue más o menos así. Primero, allá por la década de los ochenta se decidió ponerle “pausa” al espectáculo de luz y sonido, del que todavía nos acordamos quienes tuvimos la fortuna de haberlo visto alguna vez.

En realidad era una presentación bastante simple tecnológicamente hablando, aunque resultaba una experiencia sobrecogedora, casi mística, adentrarse en ese lugar por la noche y escuchar la historia de los teotihuacanos.

Cuando se propuso reponerla, los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que hoy dirige Teresa Franco, no estuvieron de acuerdo y así comenzaron a correr los años sin que se encontrara una fórmula que caminara.

Después vino aquel capítulo en que, siendo gobernador el hoy presidente Enrique Peña Nieto trató de reponer el espectáculo a petición de los prestadores de servicios turísticos de Teotihuacán que añoraban la derrama económica que generaba.

Y, entonces, vinieron las acusaciones de que se había afectado físicamente una de las pirámides, algo que en realidad no fue cierto, ya que todas ellas están cubiertas por gruesas capas de materiales modernos, lo que explica que más de dos millones de personas asciendan y desciendan por ellas cada año.

Lo que en realidad sucedió fue una imposible coordinación entre los directivos del INAH, en un gobierno panista, con las autoridades del Estado de México con un gobierno priista.

Ahora la situación es diferente, pues tanto el gobernador como la titular del INAH provienen de un gobierno priista; sin pasar por alto que Peña Nieto es mexiquense y nunca olvidó aquel proyecto.

Para ejecutarlo, Ávila comisionó a Bettyna Benítez, actual secretaria de Turismo, una mujer que desde niña conoció la importancia de la política, pues su padre se dedica a dicha actividad hasta la fecha.

Su apuesta consistió en hacer todo lo necesario para que los funcionarios del INAH se sintieran tranquilos, no sólo porque se respetará la herencia de una de las civilizaciones más importantes del mundo; sino porque, además, se contará una historia cierta y apegada a la verdad.

El nuevo espectáculo de luz y sonido no sólo se basará en tecnologías totalmente seguras e inocuas para las pirámides, sino que será espectacular.

El contenido de la historia que se contará allí fue escrito por los propios investigadores del INAH, quienes ahora están tranquilos de que nadie pondrá palabras falsas en su nombre.

Además, se acordó que no habrá en el futuro megaespectáculos, capaces eso sí de poner en riesgo la integridad de un lugar que debe ser motivo de orgullo para todos los mexicanos.

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