Domadores de tigres

Nadie mejor para ganarse la rifa del tigre que un domador de tigres, por eso resulta una excelente señal que perfiles como el de José Antonio González y Mikel Arriola hayan sido los escogidos para encabezar a dos de los organismos clave en la actual coyuntura mexicana.

Ambos funcionarios tienen una sólida formación académica y ambos tienen gran experiencia en el sector público. En cuanto a José Antonio González, lo de domar tigres queda corto como metáfora frente al reto de lo que hoy significa Petróleos Mexicanos, que se encuentra en la peor coyuntura de su historia, con un problema de pasivos laborales de más de 80 mil millones de dólares, 150 mil trabajadores poco productivos, un sindicato muy corrupto que ha sabido jugar su dividendo político a lo largo de décadas, robos internos, robos externos y, por si fuera poco, una fuerte caída en los precios del crudo, que ha precipitado el fin de la fantasía de que la empresa productiva del Estado podría salir adelante sin cambios drásticos. En su historia, Pemex ha tenido 19 directores generales antes que José Antonio, los últimos patearon la lata, algunos intentaron ajustes en el camino, pero se impuso la lógica predominante en la administración pública que reza: “si puedes dejar algo para mañana, agéndalo para pasado mañana”,  finalmente el problema se acumuló a niveles insostenibles y se hizo inevitable. En la primera rifa del tigre, el último domador fue sacado de la jaula y ahora José Antonio González ha entrado con el segundo boleto; coincido con Macario Schettino en que el nuevo director tiene muy poco tiempo para domar a la bestia y, de no lograrlo, deberá aplicar la eutanasia, de ser posible disfrazada, porque la fiera es peligrosa y no se irá sin una buena lucha.

El otro domador es Mikel Arriola, al igual que José Antonio, su nombramiento está sustentado principalmente por la capacidad y los resultados, el IMSS no tiene margen de maniobra para que llegue un aficionado por amistad o por cálculo político. Mikel me contó de un día típico en el IMSS y los datos dan vértigo, por ejemplo, el Instituto da cerca de medio millón de consultas diarias a través de cinco mil 800 unidades médicas, en donde se realizan cuatro mil 200 operaciones cada 24 horas y se atienden de urgencia el equivalente al estadio de CU cuando está casi lleno, es decir, 60 mil personas acuden diariamente. La cifra más impresionante que me contaba Mikel es el gasto de mil millones de pesos por día, erogar dicho monto con eficiencia y transparencia sin perder de vista que en el centro se encuentra algo tan importante como la atención médica, la pensión de una persona mayor o el cuidado de un bebé, no será cosa sencilla, pero estoy seguro de que Mikel no sólo mantendrá a raya al tigre, incluso es probable que diseñe mecanismos que trasciendan al domador, como lo hizo en la Cofepris. Recuerdo que el antecesor de Mikel hacía espectaculares operativos en los restaurantes por el uso del cigarro, buena idea para una carrera política de corto aliento, mala para un consumidor de medicinas que padecía el atraso y burocracia para la aprobación de nuevos medicamentos o para la liberación de moléculas para hacer más baratas las medicinas innovadoras, mala idea también para la industria farmacéutica, que era vista como un villano más que como aliado. En muy poco tiempo Arriola hizo cambios significativos gracias a una visión sofisticada de políticas públicas. Es una gran noticia y una buena señal que da el presidente Peña Nieto con el nombramiento de estos dos domadores profesionales.