David Páramo

Análisis superior

David Páramo

11 Feb, 2016

¿Cuál crisis?

Desde agosto he retado a todos aquellos que hablan de la economía mexicana en términos de crisis a que aporten un dato duro que documente sus dichos, más allá de impresiones y lugares tan comunes como falsos que se repiten entre algunos sectores de la sociedad.

Dicen en el beisbol que contra la base por bola no hay defensa. Lo mismo sucede con los datos de la economía que muestran que, a pesar de la fuerte volatilidad registrada en los mercados petroleros y cambiarios, la economía mexicana está muy lejos de estar enfrentando una crisis o una caída.

La inflación anualizada en enero es de 2.6%. Si bien es ligeramente superior al mínimo histórico registrado en diciembre del año pasado, es la menor tasa anual de la que se tenga registro para este mes, es decir, la depreciación del peso no ha tenido impacto negativo en el nivel general de precios.

Esto se explica en gran medida por la disminución de precios de una gran cantidad de servicios como la telefonía fija y móvil, tarifas eléctricas, así como el costo del crédito que ha mostrado una notable disminución a favor de los consumidores.

El empleo formal, el que tiene toda la cobertura de la seguridad social, creció en 3.8% a tasa anual durante enero, que es la mayor generación desde 2012. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social informó que los salarios reales contractuales crecieron 1.46% anual. Durante los últimos 13 meses los salarios han crecido después de la inflación y el dato registrado en enero es el mayor para un enero desde 2002.

Los resultados de esta mezcla entre aumento del empleo, mayores remuneraciones y baja inflación puede medirse con datos como el crecimiento del crédito privado que lo hace a ritmos cercanos a los dos dígitos y que incluso ya ha generado un alza de 9% durante el año pasado del precio de las viviendas en la capital del país. Las ventas de automóviles que avanzaron más de 15% en enero con respecto a ese mismo mes de un año antes o la cifra que dio a conocer la ANTAD ayer mismo de que a tiendas iguales las ventas de este sector, que cubre todas las clases sociales, crecieron 8.9 por ciento.

Es importante destacar que se equivocan los que tratan de descalificar esta cifra diciendo que las mayores ventas se dan por incremento en los precios. De hecho, el volumen de ventas disminuye generalmente ante el aumento de precios.

NO PERDER

El entrenador de futbol Vince Lombardi dijo: “Perder significa que tendrás que esforzarte para ganar. Ganar que tendrás que esforzarte dos veces para no perder”.

La economía mexicana es ganadora a pesar de que el peso ha sido una de las monedas más impactadas por la fuerte volatilidad derivada de incertidumbres como el precio del petróleo o las dudas sobre el desempeño de economías como las de Estados Unidos y China.

El crecimiento de 2.5% del PIB durante el año pasado muestra que la economía mexicana ha tomado velocidad durante los últimos tres años. La mezcla entre más de dos décadas de medidas económicas correctas y las reformas estructurales que aprobaron todos los partidos políticos, ha rendido frutos en lo que es realmente relevante: En los bolsillos de la mayoría de los mexicanos.

Sin embargo, es una llamada de atención para mantener el rumbo de fondo. No es momento, como propone irresponsablemente el PAN, hacer cambios de fondo en la estrategia económica ni mucho menos, caer en la tentación populista representada por Andrés Manuel López Obrador y su secta disfrazada de partido político.

Es indispensable tener claro que no cambiar el rumbo no significa que no se tengan que realizar algunos ajustes.

Banco de México ha pedido, junto con grupos sensatos de la iniciativa privada como el Consejo Coordinador Empresarial o Coparmex, que se haga un ajuste en el gasto público y en particular en Pemex que es una empresa improductiva del Estado.

La respuesta del gobierno se ha dado en dos velocidades. Ciertamente es un acierto que el Presidente de la República haya nombrado a José Antonio González Anaya como director de la petrolera; sin embargo, preocupa la  reacción (¿Pasiva? ¿Tranquila?) de la Secretaría de Hacienda bajo el principio de que será hasta 2017 cuando hagan un recorte que califican como preventivo en el gasto público.

Sería mucho mejor que mandaran una señal clara de que se tomarán acciones que impidan que se pierda el rumbo en un entorno verdaderamente complicado.

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